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Conversaciones de Goya 2022 | Fernando León de Aranoa, Icíar Bollaín, Clara Roquet y David Martín de los Santos

Los directores y directoras nominados a los Goya 2022, juntos en una mesa sobre guion, dirección y creación

Conversaciones de Goya | Fernando León de Aranoa, Icíar Bollaín, Clara Roquet y David Martín de los Santos

Madrid

Los premios sirven para ordenar las películas del año, también para ofrecer una doble vida a estas ficciones que han pasado por los cines y que los espectadores pueden recuperar. Por último, revisar las finalista a los premios de la Academia, que se celebran el próximo sábado 12 de febrero en Valencia, nos ayuda a entender de qué hablan las películas del año. En el año del cambio de Reforma Laboral hay un claro retrato de las relaciones laborales. Lo firma Fernando León de Aranoa en El buen patrón, la película con más nominaciones, que ya se acercó al mundo del trabajo en Los lunes al sol.

Hay también una mirada a la memoria, a nuestros errores y conflictos del pasado. Lo hace nada menos que Pedro Almodóvar con Madres paralelas y su retrato de uno de las mayores vergüenzas de nuestro país: las fosas comunes. Lo hace también Icíar Bollaín en Maixabel, una película sobre la reconciliación y las heridas del conflicto vasco. Por último, hay dos nuevas miradas en el cine español. Las de Clara Roquet y David Martín de los Santos. Ella ha dirigido Libertad, una película sobre la diferencia de clases, la desigualdad y cómo lidiar con eso en lo más íntimo, en la amistad. Él lo hace aproximándose a la libertad robada de las mujeres de la generación de nuestras madres ya abuelas en La vida era eso. Los cuatro nominados, a mejor dirección y mejor dirección novel conversan juntos en la Cadena SER sobre el cine, la escritura, la dirección de actores y el reflejo de un país en momentos convulsos.

Conversaciones de Goya | Fernando León de Aranoa, Icíar Bollaín, Clara Roquet y David Martín de los Santos

De competir en el cine

Clara Roquet: Siempre se me ha hecho raro la competición entre películas. Me pasa con las óperas primas, cuesta tanto hacer una peli que me resulta raro ponerlas a competir, que gane solo una me parece un poco extraño. Pero al mismo tiempo, esto es un arte, pero también es una industria y los premios tienen su importancia. Cuando dicen que son una chorrada, yo digo que a mí me hace ilusión.

Fernando León de Aranoa: No lo vivo como una competición. Es más cómo se cuenta alrededor. Es imposible porque las películas no están saltando distancia, ni altura. Es bueno para las películas que se hable de ella. Blanco haría cualquier cosa para conseguir estos premios.

David de los Santos: Podíamos hacer una cosa y es que todos fuéramos premiados. Sería más justo a que solo quede una. Siempre está bien el reconocimiento. Los periodistas también son un poco insistentes con esto, en cual es mejor, pero también es un juego, es industria, una manera de promocionar y este año ha sido una cosecha buenísima y es una manera de reconocerlo.

Icíar Bollaín: Es una convención la idea de que hay una que es mejor. Hay otras que se han quedado fuera y también están muy bien. Siempre me acuerdo de un festival que estuve y fui jurado con Abbas Kiarostami y llegó y dijo que debíamos dar alegría y darlo todo ex aequo. Y yo pensé que era una gran planteamiento, hay otros que se centran en la excelencia. Ojalá fuera ex aequo.

La relación entre guionista y director

Fernando León: Empecé como guionista y luego dirigí y yo durante mucho tiempo me he sentido un guionista. Yo recuerdo con Familia cruzarme con Azcona en algún lugar y que me dijera: ‘nos has traicionado’. No sé si lo dijo en serio o en broma. A mi me ha servido mucho el ser guionista, durante mucho tiempo me sentía más cómoda ahí

David Martín de los Santos. El David director le tiene muy poco respeto al David guionista. Y luego el David guionista le da mucha caña al director y se venga. Para mí está unido y al final sí es verdad que el guion es importante, pero lo importante es luego levantarlo.

Icíar Bollaín: Me parece una tarea muy solitaria y muy dura la del guion. Isa ha llevado el peso del guion y yo iba entrando en determinados momentos. Tiene ella una virtud enorme y es que es una gran colaboradora. Para mí el guion es working progress. No tengo ningún respecto por cambiar todo, la estructura o lo que sea. A mí me parece que en dirección sigues escribiendo y en montaje sigues escribiendo el guion. Isa es también directora y entiende totalmente el proceso. Contar con alguien con esa capacidad. Con Paul Laverty al principio se reía mucho, porque yo todo el rato le pedía permiso. Luego ya me relajé y entraba con la tijera. La página escrita está para modelarla.

Clara Roquet: Para mí esto fue un proceso. Cuando comencé el rodaje de Libertad, como yo me sentía más segura en guion que en dirección, iba todo el rato mirando el guion. No dejaba improvisar y tuve que aceptar eso. Un día están las niñas en la cama en una escena que tenían que hacer el tonto y se reían y se reían también de mí y no me daba cuenta de que eso era más importante que el hecho de seguir el guion.

El cine como reflejo social

Clara Roquet: Me resulta muy complicado hacer una lectura. Siento que las películas son muy únicas y tienen muchas miradas. Es curioso que ha coincidido y que, probablemente en los últimos años, más todavía con el covid, las diferencias sociales están más presentes que nunca. Me parece que va a volver a estar en primer término porque para mí es el tema ahora mismo.

Fernando León: Siempre he pensado que las películas, no las nuestras sino todas, funcionan más como un mosaico. Eso incluye las películas de género, las comedias, que dejan un determinado retrato de la sociedad que fuimos en ese año. Por eso el cine tiene tanto valor. No creo que solo una película lo haga, sino el conjunto de la producción. Si ves todas las películas del último año, si tienes una sensación de quiénes fuimos. Yo creo que no le hablas al espectador que va el viernes a la sala, sino también a la gente que la va a ver dentro de 20 años en una televisión. Y si les sigue diciendo algo es que estaba bien.

David Martín de los Santos: ¡Qué bien que ocurra! A mí como espectador el cine que me gusta es el que es crónica de los tiempos que vivimos y que nos acerca a nosotros, nos ayuda a retratarnos y a vivir.

Icíar Bollaín: Estoy de acuerdo. Trabajé con Llamazares en mi segunda película y él decía una cosa muy bonita y es que el cine es testigo de su tiempo. Creo que pasa con las nominadas y las no nominadas. Creo que había una época en los 80 y 90 que el cine estaba más centralizado, se hacía más en Madrid. Creo que ahora hay una propuesta más abierta y hay películas rodadas en Elche, una propuesta que me ha llamado mucho la atención, o Chavalas, o La hija, de Manuel Martín Cuenca rodada en Jaén. Me parece que el cine español, más que nunca está recogiendo muchas realidad. También hay más inclusión de mujeres, hay más directoras, más guionistas, más diversidad, y más testimonios de su tiempo.

El trabajo con los actores

Icíar Bollaín: Es una maravilla porque Luis Tosar y Blanca Portillo son dos bestias de la interpretación y como personas son un amor. Blanca se fue un tiempo antes, habló con todos los que pudo para informarse y se volcó completamente. La idea de no juntarse fue de ella. No se conocían y me dijo que Luis Tosar le daba miedo, y eso que es un sol, pues todo ese respeto lo quiso usar. Me pareció una idea buenísima y estuvimos todo el rodaje como escondiendo a uno y a otro. Lo conseguimos y fue impresionante, porque cargó la escena de una solemnidad real porque estábamos todos pendientes. Trabajar con ellos ha sido un grandísimo placer. De un guion bien construido, ellos le sacan punta y brillo. Para ensayar yo hacía de uno y luego de la otra. Hacía yo de actriz. Disfrutando mucho de la sensación de lo importante de lo que estábamos haciendo y de que había que contarlo bien.

Clara Roquet: Nora Navas y Vicky Peña son dos actrices muy generosas y eran muy conscientes de que íbamos a priorizar a las niñas. Como tienen cero ego estaban muy dispuestas. Tuve una muy buena directora de casting y un buen casting y la mitad del trabajo lo tuve hecho. Luego decidimos que las dos niñas iban a vivir juntas. Con las niñas, el 80 por ciento del trabajo era quitarles la vergüenza. Se hicieron tan amigas y me lo contaban. El primer día se fueron a por un helado y se contaron la vida y eso ayudó muchísimo.

Fernando León: El actor que llega a hacer dos días de rodaje es el que peor lo tiene. Llega de repente a un tren en marcha, no sabe muy bien lo que está pasando, hace su trabajo y se va. Cuando más se sienta protagonista en ese momento, mejor. A mí me gusta leer el guion desde cada personaje y ver si algo está bien o no y si tiene consistencia. Había algo que contaba Fernando Tejero en Los Lunes al sol, que vino dos días, y decía que se sentía el protagonista de la película. Y es que en ese momento lo es. Es la forma de que el trabajo tenga la misma calidad.

David Martín de los Santos: Me identifico totalmente. Estoy agradecido a esos papeles cortos que hay en la película que trabajo a fondo, sin descuidarles y luego la generosidad de que los buenos actores estén dispuestos a hacerlos y no los sientan como pequeños.

Las primeras veces

Fernando León: ¡Cómo olvidarlo con el miedo que pasamos! En mi caso fue Familia, hace muchos años, y lo recuerdo con una enorme ligereza. Recuerdo una enorme inconsciencia. Había hecho guiones para otros y me apetecía contarla yo. Era una buena historia, era pequeña, la producía Elías Querejeta. Me producía mucha libertad y eso es lo más valioso cuando empiezas. Al principio es un juego.

Icíar Bollaín: Me acuerdo muy bien, es que no se te olvida. Tenía 28 años y era Hola, ¿estás sola? Tenía mucha libertad. Era todo pequeño, muy ligero, un equipo pequeño. Tuve el honor de tener a Manuel Martín Cuenca de ayudante de dirección, que ya llevaba años trabajando y sabía mucho de cine y ahí está haciendo cine interesante. Y un equipo de gente que había conocido siendo actriz. Era la sensación de que tenías derecho a equivocarte.