El futuro del Levante pasa por una regeneración integral o la Fundación tendrá que vender el club
El presidente Quico Catalán sigue con el 'casting' de directores deportivos mientras el equipo está virtualmente descendido tras la última derrota en Getafe

Quico Catalán, en una rueda de prensa / EFE

Valencia
Se cumplió el peor de mis pronósticos y el Levante va a estar en Segunda muchas semanas antes de lo que yo me imaginaba tras las victorias del Mallorca frente al Cádiz y del Elche ante el Alavés.
Los doce puntos que separan al Levante de la salvación le obligan a iniciar la liquidación de la temporada por descenso anticipado, mientras el debate en los foros levantinistas es si Quico Catalán debe dimitir de forma inmediata.
Desde luego, como el buen patrón, ha dado motivos suficientes para enviarlo a casa sin pasar la casilla de salida, pero la triste realidad es que desde que anunció su posible adiós al final de curso tan solo se ha movilizado una plataforma de abonados, accionistas y simpatizantes para enumerar los puntos de un decálogo de cambios profundos que el ejecutivo ya tendría que haber puesto en marcha en todas y cada una de las estructuras del club.
Dice el refranero que nunca es tarde si la dicha es buena, pero el gran problema de Quico Catalán es que sus mensajes carecen de credibilidad porque vive en una realidad paralela a la que sienten, sufren y padecen el resto de levantinistas. Nadie da crédito a lo que ha hecho por acción o por omisión.
Su Consejo de Administración decidió prescindir de Paco López a las ocho jornadas de Liga sin tener un recambio de garantías preparado, decidió despedir a Javier Pereira y a la cúpula de la dirección deportiva sin tener a los sustitutos contratados y en pleno proceso de autodestrucción dejó el equipo en manos de un técnico interino, sin experiencia y que tiene a la plantilla desquiciada y desorientada.
Lo peor de todo es que Quique Sánchez Flores, Francisco y Mendilibar hubieran apostado por el Levante sin pestañear el día que Paco López fue despedido y Sergio González también estaba dispuesto a firmar tras la destitución de Javi Pereira. Es imposible cometer más errores groseros en seis meses y esperar a que el fútbol te regale una permanencia con lo caro que está ganar un partido en Primera.
Quico Catalán no tiene previsto dimitir, pero no sé si su cabeza está preparada para aguantar el chaparrón de críticas y cánticos durante los cuatro meses insoportables que nos quedan de Liga. El presidente anunció que someterá su continuidad a la voluntad de los accionistas cuando ya no exista objetivo matemático por el que pelear, pero sin conocer de qué forma se articulará esa consulta.
De esas palabras alguien se ha confundido y ha podido interpretar que se va a abrir un periodo electoral y no es así. Someter su continuidad a la voluntad de los accionistas minoritarios nada tiene que ver con la apertura de urnas para votar unas fantasmagóricas alternativas que opositen al órgano de dirección del club.
Ojalá el levantinismo tuviera la posibilidad de decidir su futuro entre tres candidaturas serias, con una regeneración del Consejo, una remodelación del Patronato de la Fundación y que todas ellas tuvieran la prioridad de presentar el mejor proyecto deportivo con verdaderos profesionales al frente de cada una de las principales áreas.
Mucho me temo, que desgraciadamente todo eso es twitter ficción y la realidad quedará reducida a la contratación inmediata de un director deportivo con el que Quico Catalán se sienta cómodo y a que en un mes nos cuente cual es su proyecto para sacar al Levante del lodazal en el que lo ha metido.
No obstante, hay una alternativa que nadie contempla todavía y a la que el deterioro progresivo del club y su situación financiera está invitando a la mesa. Se llama fondos de inversión y que pronto tentarán a la Fundación, si Quico Catalán no presenta con urgencia un plan de choque en el que se despoje de paternalismos, lazos familiares y transforme el club de los amigos en una sociedad profesional sin injerencias presidencialistas.

José Manuel Alemán
Redactor de Deportes en Radio Valencia




