"Si hablo es por todos mis compañeros, porque mi vida la destrozó a los 12 años"
Habla la víctima de abusos sexuales de un hermano de La Salle, cuya denuncia ha propiciado una investigación de la Fiscalía
Cádiz
Santiago Codesido tiene 52 años y dice que ya ha muerto varias veces. La primera fue hace 40. Cuando tenía solo 12 años. La primera vez que el hermano Juan Antonio le puso la mano encima. "Empezó por los tocamientos, y eso me descontroló porque no sabía ni lo que era la sexualidad".
Entrevista a Santiago Codesido
Entonces, a los 12, él era un niño con toda la vida por delante. Pero desde aquel momento nada fue bien. El momento en el que entró a trabajar en su colegio, La Salle de San Fernando de la calle Real, el hermano Juan Antonio. Se hizo cargo también de los grupos scout, que organizaban cada 15 días excursiones a Alcalá de los Gazules, y los campamentos de verano en Bornos. "Nos daba de beber alcohol a los chavales y luego sorteaba quién dormía con él en la tienda de campaña, como si fuera un privilegio. Yo tenía la suerte de que me tocara el ochenta por ciento de las veces".
Y la suerte de ese sorteo se convirtió en su condena. Cada excursión era una pesadilla, cada noche en la tienda de campaña era bajar a un pozo más profundo. Y esas noches se prolongaron durante más de dos años. "En 1º de BUP comenté a algunos compañeros lo que me parecía el hermano Juan Antonio y uno de ellos me llevó aparte y me dijo que a él también se lo había hecho". Decidieron contárselo a sus madres. "Creo que debieron decírselo a la dirección porque el colegio apartó al hermano Juan Antonio, aunque se lo llevaron a otro colegio en Chiclana", recuerda Santiago. A él le impusieron un manto de silencio. "Mi madre me obligó a callarme y en el instituto, a partir de ahí, estuve muy mal visto".
Yo llevo 40 años muerto, desde que me puso por primera vez la mano encima
— Santiago Codesido, denunciante de abusos sexuales cuando era niño
Es el silencio que lo cubrió todo durante la gran parte del resto de su vida. Hasta que llegó su segunda muerte. Una neumonía, un coma inducido hace unos seis años, y la luz al final de un túnel, del que pudo salir. Y en esa resurrección Santiago descubrió que eso que había guardado tanto tiempo lo tenía que contar. "Cuando salí del hospital y vi que seguía vivo entendía que no lo podía callar más. Se lo conté a un psiquiatra, que me estuvo tratando bastantes años en Madrid, donde trabajaba".
Contar todo aquello hizo que su vida personal y laboral empeorara. También su salud. Volvió a recaer de otra neumonía, sufrió un ictus y padeció COVID. Tan mal estaba que su familia decidió trasladarles desde Madrid a San Fernando. Y así fue cómo su hermano Pablo recibió el informe médico psiquiátrico de Santiago. "Fue cuando me enteré de todo lo que había ocurrido. Hasta ese momento no supe nada".
Santiago y Pablo decidieron entonces denunciarlo. Lo hicieron ante un órgano creado por la propia Iglesia española, el proyecto Repara que la Archidiócesis de Madrid tenía para atender los casos de abusos sexuales y pederastia. Es una investigación para tratar de reunir pruebas y testimonios que certifiquen el testimonio de Santiago. El de él y el de otras de sus víctimas. Porque el hermano Juan Antonio estuvo en más colegios. Los agentes ya saben de otro caso similar en Jerez. Y ese hermano fue pasando por más centros escolares. Se investiga a ese hermano y a los que pudieron ayudar a ocultarlo todo.
Santiago ya ha declarado ante la Policía y hoy habla ante la radio. Y sabe bien por qué. "Tengo 52 años. He pasado dos neumonías, un ictus, el COVID. Tengo más pasado que futuro. Y si hoy estoy hablando es por la carnicería, por el holocausto, por el calvario que tantos y tantos compañeros pasaron. Mi vida la destrozó. Porque yo me morí a los 12 años".
Pedro Espinosa
En Radio Cádiz desde 2001. Director de contenidos...