Administricidio
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La firma de Manuel Pareja en Hoy por Hoy Jerez
A menudo, plataformas ciudadanas y partidos de toda condición se llenan la boca para exigir servicios públicos de calidad. Y no les falta razón aunque el debate de lo público se haya vuelto demasiado dogmático. Sanidad y Educación se llevan la palma, pero con ser esenciales, no son los únicos. Uno de los efectos persistentes de esta era post pandémica es el desprecio de la Administración- de cualquier ámbito territorial y gestionada por cualquier color político – por el administrado, camuflada no pocas veces en motivos de seguridad sanitaria.
Se dejan de dar citas en organismos esenciales o se retrasan semanas, se hace esperar a la gente como ganado en la calle, llueva o hiele, se han blindado con empleados de seguridad que impiden el acceso, que te cojan el teléfono es una odisea, o que den respuesta a un problema que exige una atención más profunda que la telemática, una quimera. Todo va volviendo a la normalidad en todos los sectores de la sociedad, pero la Administración se resiste porque existe un profundo divorcio entre el ciudadano al que se le mira con desconfianza y el aparato del Estado, ese gigantesco Leviatán que más que servirnos, hemos de servir con resignación. El Administricidio es el primer síntoma de la desafección de lo público. La máquina de crear desafectos funciona hoy a pleno rendimiento.




