Más allá del jaleo que hubo en la votación en el Congreso, estos días se ha hablado también de lo que cambia con la reforma laboral. Porque, antes de la votación, el debate político se centraba en la oportunidad de esta reforma que ha pedido Bruselas a cambio de la llegada de los fondos de recuperación. Esta no es -o no es del todo- la reforma laboral que quería el Gobierno. El Ejecutivo prometió derogarla. Esta no es -o no es del todo- la reforma que quería la patronal y la que querían los sindicatos. Contra esta reforma han votado ERC, el PNV y Bildu. Por razones opuestas, también Vox y el PP, que dice que esta reforma «hundirá a la empresa España» y, al mismo tiempo, señala que esta reforma que hundirá a la empresa apenas supone «un retoque». Mariano Rajoy aprobó su reforma con los votos del PP y Convergència y Unió y con los sindicatos en contra. Esta se ha aprobado con la coalición de Gobierno -sin sus socios- con los sindicatos y también con la patronal que, en esto, tiene el apoyo incluso de la FAES de Aznar. Casado dijo que todo lo resume una frase de Bolaños que decía «votar en contra de la reforma que propone el Gobierno de Sánchez sería votar a favor de la ley laboral de 2012». O sea que esta reforma es lo contrario de lo que había aunque es, a la vez, casi lo que había: «Ustedes no han derogado la reforma laboral del PP, ustedes la han maquillado para empeorarla», apuntaba Teodoro García Egea. Esta reforma que es un maquillaje y tiene el aval de la exministra Fátima Báñez, ahora en la CEOE, y es, a la vez para el PP, una reforma «comunista» que se ha hecho «para contentar a Bildu», tal y como señalaba Isabel Díaz Ayuso: «Nadie va a estar representado por una reforma laboral que intenta contentar a los comunistas, a los nacionalistas y a aquellas personas declaradas abiertamente enemigos de España». Mientras, Ana Botín, presidenta del Banco Santander, calificaba la ley como «positiva»: «Me parece muy importante lo que se ha acordado y que se haya hecho de manera consensuada», decía. La portavoz de Economía de la comisión habló este lunes del buen ejemplo para Europa de que haya habido acuerdo en España entre agentes sociales y también lo hizo el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, que este lunes se reunió en Madrid con la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño: «Quiero reconocer la importante reforma que fue aprobada la semana pasada en el Parlamento español. Una reforma muy importante que sé que ha sido objeto de mucho debate y mucha discusión, pero es una reforma que contribuirá a la recuperación y que es una parte importante del plan de recuperación que se está ejecutando», afirmó. En Bruselas citan el caso español y la rareza de que haya acuerdo mientras en España sube el nivel de ruido por una reforma que lo cambia todo pero que, a la vez, sólo era un retoque hecho para contentar a Bildu, que votó en contra, y para satisfacer a los comunistas aunque el acuerdo lo celebró la principal banquera del país.