Gol en Las Gaunas: 'Dos años y cinco días'

Logroño

Nuevo capítulo de Gol en Las Gaunas. Que llega tras una victoria de la Unión Deportiva Logroñés en Las Gaunas contra el Bilbao Athletic. Otra vez por la mínima, otra vez con la portería a cero, otra vez con Serantes evitando el empate, otra vez con un gol de Dubasín, otra vez con Fer Cano de asistente. Otra vez... Otra vez... Y que dure.

Otra vez, la Unión Deportiva Logroñés resurge de las cenizas de la hoguera de diciembre para llegar a tiempo. A tiempo de presentarse a las próximas tres jornadas, decisivas, con buenas sensaciones, dándole a sus aficionados cinco partidos invictos, tres victorias y dos empates, y un 2022 inmaculado con un único gol en contra... para darle motivos a los aficionados para para viajar hasta Irún este próximo sábado. Motivos deportivos y sentimentales.

Dos años y cinco días después de la última gran marcha de aficionados blanquirrojos a uno de esos partidos que pueden suponer un punto de inflexión en la historia de un club, la afición riojana se está movilizando de nuevo para jugar el partido ante el Real Unión. Fueron clave en el triunfo ante la Cultural en el Reino de León el día que el deseo de ascender se convirtió en una posibilidad que se acabó concretando en medio de una pandemia, y dos años después, todos vacunados, con la pandemia tocando a su fin, los aficionados de la Unión Deportiva Logroñés vuelven a creer que su equipo puede hacerlo de nuevo.

Fue difícil creer aquella primera vez, porque no sabíamos cómo se ascendía. Una vez hecho, tan solo hay que repetirlo, sabiendo lo duro que es el camino y la felicidad que se siente cuando una grada se vuelve a abrazar por los éxitos de su equipo.

Aquel gol de Iñaki en León. Ese instante tiene el poder de aún erizar el bello de quien lo sintió. Fue la máxima expresión blanquirroja en los últimos veinte años. Aquel zurdazo entró directo al corazón de los seguidores. Hasta los que se resistían a emocionarse acabaron entregados a la posibilidad.

Dos años han pasado. Dos años y cinco días. Fue, sin saberlo nadie, el último gran viaje blanquirrojo. Aquella esquina del Reino es la patria de una vieja generación necesitada de volver a sentirlo. Los últimos abrazos antes de que la vida se parara llegaron hace justo dos años. La última grada vibrante como visitante. Demasiado tiempo. Éramos tan jóvenes, tan inocentes… La primera generación dejó de viajar en León, todo se torció tras su gran día.

Dos años después se ha perdido el pulso a la vida, incluso a la competición… Toca retomar el fútbol. La última gran marcha blanquirroja queda en el recuerdo, los abrazos rotos se van cosiendo con los goles de Dubasín, con los centros de Fer Cano, con la presencia de Iñaki que le da continuidad a nuestros recuerdos. Serantes bajo palos, el ‘simicismo’ como religión, jugamos hasta con Rodríguez Gaitán.

La vieja generación quiere olvidar dos años sin recuerdos. Viajar para captar nuevas emociones, experiencias, sensaciones… Viajar a Irún porque sencillamente somos nuestra siguiente generación por culpa de la pandemia.