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Tribunales

La jueza procesa a 'Charly' y otros 8 acusados por la mayor estafa inmobiliaria de Baleares

En un auto, la magistrada les acusa de publicitar 32 promociones inexistentes por las que 235 personas llegaron a entregar señales que sumaron 3,3 millones de euros

El cerebro de la mayor estafa immobiliaria de las islas, Carlos García Roldán / Cadena Ser

Palma

El cabecilla de la mayor estafa inmobiliaria de Baleares está a un paso de sentarse en el banquillo. La magistrada del juzgado de instrucción número 11 de Palma procesa a un total de nueve personas, entre ellas Carlos García Roldán conocido como Charly, por estafar a 235 personas para que entregaran señales para comprar viviendas que nunca que se llegaban a construir. La jueza estima el dinero estafado en la trama en casi tres millones y medio de euros. En algunos casos los afectados llegaron a entregar 100.000 euros de golpe para reservar una de las viviendas de las 32 promociones que publicitaron en cuatro años. El auto procesa a Charly y otras ocho personas por presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal, insolvencia punible, blanqueo de capitales y falsedad continuada en documento mercantil.

La magistrada relata en un auto el modus operandi de los investigados, responsables de la mayor estafa piramidal inmobiliaria de las islas. Charly creó la sociedad Lujo Casa, una de las que canalizó las estafas, con una persona interpuesta que no tenía deudas pendientes con Hacienda. Esta sociedad, según la jueza, carecía de cualquier solvencia, de fondos propios o financiación externa para acometer la construcción de las viviendas. Era radicalmente insolvente y carecía de cualquier respaldo financiero, ni de fondos ni de alguna línea de financiación. A ella se incorpora poco después Michele Pilato, otro de los principales investigados, que conoce a Charly a través de amigos comunes. Ambos simulan ser promotores de experiencia consolidada y contratan a personal que es pagado por LujoCasa.

Entre los dos publicitan las promociones a través de una página web a nombre de otra empresa usando a veces promociones ajenas y fotos de arquitectos conseguidas a través de internet. Colocan carteles de promoción en los solares que eran instalados sin tener la propiedad de los terrenos. En total pusieron a la venta 32 propiedades en Mallorca y consiguieron que al menos 235 perjudicados les entregaran cantidades a cuenta por casi tres millones y medio de euros. El dinero se ingresó en las cuentas corrientes de LujoCasa desde donde se realizaron transferencias a las cuentas corrientes de otras sociedades del grupo y de otras de las personas implicadas.

En ningún caso, dice la jueza, se destinaron los fondos realmente a la promoción inmobiliaria. De hecho, sostiene que los procesados hicieron movimientos para que los perjudicados no pudieran recuperar sus inversiones, deshaciéndose de todos los activo patrimoniales contra los que pudieran dirigirse. Se pagaron salarios de trabajadores ficticios, se gastaron cantidades ingentes de dinero en restaurantes, servicios de compañía, en casinos y se adquirieron bienes para el disfrute particular como joyas y vehículos.

Cuando llegaba el plazo máximo de entrega de las viviendas y los compradores formulaban reclamaciones o pedían explicaciones eran derivados entre unos y otros responsables. Charly y su socio les daban excusas, como que habían surgido problemas con las licencias de los Ayuntamientos, con los bancos, e incluso les convencían de no denunciar porque eso podría retrasar la obra. Para la jueza, Charly es la persona que negocia con los compradores de vivienda y no duda en convencerles para entregar las señales de las viviendas. Les convence afirmando que tiene una larga experiencia como promotor inmobiliario, que tiene recursos propios y no precisa de ningún tipo de financiación para realizar los proyectos o que él mismo es propietario de los solares en los que se hacen las viviendas.

Charly les hacía creer que eran inversiones seguras y de toda confianza. Incluso ponía a los clientes en contacto con el constructor o el arquitecto cuando tenían dudas sobre los proyectos. El modus operandi pasaba por presentarles un contrato de reserva e incitarles a poner el 10% del precio final. Después, con el supuesto inicio de las obras, les hacía poner el 20% del precio final. Es en ese punto donde algunos clientes comienzan a desconfiar, tras detectar una falta de movimiento en los solares.

La estafa piramidal permite que con parte del dinero obtenido por los primeros perjudicados vayan realizando opciones de compra de los solares en los que se ofertan las promociones. Sin embargo, de las 32 promociones que ofertó LujoCasa ninguna de ellas tiene las licencias concedidas y no se inició la construcción de ninguna de ellas. Cuando los primeros clientes empiezan a reclamar porque se ha vencido el plazo de entrega, Charly siguen con las excusas y promocionando nuevas viviendas. El entramado termina cuando, acosado por sus clientes, huye a Colombia.

En total, la jueza sostiene que los implicados se gastaron más de un millón de euros en efectivo, 80.000 en tarjetas, 712.000 en el Casino de Mallorca y 28.500 en gastos personales. Un dinero dilapidado por Charly, que había creado varias empresas a través de las cuales canalizaba los fondos. Hay registradas transferencias de fondos a terceros, que luego fueron transferidas van a cuentas de familiares de Charly y que, presumiblemente, tenían como finalidad ayudarle en su huida.