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Opinión

El disputado voto del señor Casero y el mandato imperativo

La firma de NIcolás García Rivas

La firma de Nicolás García Rivas

Firma de opinión | El disputado voto del señor Casero

Nuestro sistema parlamentario reconoce a los diputados total libertad para votar en conciencia siempre y en todo caso. Según el Diccionario de la RAE, “Diputar” significa “destinar, señalar o elegir a alguien o algo para algún uso o ministerio”, nada que ver con “disputar”, que alude a “luchar o combatir”. El diputado elegido suele enrolarse en un Grupo Parlamentario con sus afines ideológicamente y suele votar lo que le mandan que vote, pero no tiene obligación de hacerlo, como establece el artículo 67.2 de la Constitución cuando dice que los miembros de las Cortes “no estarán ligados por mandato imperativo”.

Se trata de una regla nacida en otros tiempos que pretendía dejar libres a los diputados para decidir sin sujeción a un poder autoritario. Con el sistema actual de partidos políticos y la obligación legal de sus afiliados de cumplir las decisiones de sus órganos directivos, decir que un diputado puede votar lo que le venga en gana incluso en contra de sus compañeros, es mucho decir.

Por ello, lo sucedido la semana pasada en el Congreso debe analizarse en un doble plano. Los diputados de UPN que votaron contra el Decreto ley de reforma laboral estaban en su derecho de hacerlo, y también están en su derecho de no devolver el Acta a su partido, en cuyas listas fueron elegidos. Cosa distinta es -he aquí el otro plano- la valoración que hagamos de semejante comportamiento traicionero desde el punto de vista político. Pero tampoco puede calificarse como “Tamayazo” por la sencilla razón de que aquel episodio de 2003 en la Comunidad de Madrid supuso una suplantación de la mayoría elegida para gobernar, mediante el voto contrario de dos diputados de esa misma mayoría, del PSOE. Los diputados de UPN siempre votan en consonancia con el Partido Popular y lo raro, en este caso ,es que no lo hicieran….finalmente volvieron al redil.

El voto erróneo -según él- del diputado Casero es otra historia. Quien vota telemáticamente está ejerciendo su derecho constitucional. Si no es capaz de manejar con cierta soltura el sistema telemático ingeniado para que los enfermos voten a distancia, quizá debería pensar que está incapacitado para hacerlo. Las excusas de mal pagador y mal perdedor que han acompañado su desatino sólo descalifican a quien las formula, en este caso a los dirigentes de su propio partido.