El mundo de aquí
Se ha inaugurado en la plaza del Arenal la exposición Otros mundos, a cargo de la fundación de la empresa bancaria de mayor implantación en nuestra ciudad (la que “absorbió” ─y desmanteló─ la añorada Caja de Ahorros de Jerez). Hemos leído en los medios las alabanzas a tal fundación por su interés y sensibilidad hacia la cultura… Faltaría más que no los tuvieran, teniendo en cuenta lo que desgravan los bancos por esa labor pretendidamente altruista.
En cambio, el banco que da nombre a la fundación no muestra ese mismo interés y esa misma sensibilidad con sus clientes, extensible a los demás emporios financieros, tan poderosos para lo suyo que es la ganancia, pero tan carentes de una mínima conciencia social. Más grave aún en lo que atañe a los clientes mayores de 65 años, a quienes los bancos no les facilitan las cosas que digamos.
Para remediar ese ninguneo, un valiente ciudadano de 78 años, Carlos San Juan, ha tomado la iniciativa en change.org y ha logrado más de 322.000 firmas para exigir justamente que los bancos mantengan la atención presencial en sus oficinas y garanticen el acceso de todos los clientes a los servicios financieros, en especial a nuestros mayores. No basta con que el gobierno haya instado a la patronal bancaria a que lo haga, es imprescindible legislarlo.
Dijimos al principio que se desmanteló la caja de ahorros jerezana, literalmente, y así el banco comprador ha ido cerrando por toda la ciudad una tras otra numerosas sucursales que, en sentido contrario, la caja abrió en muchos barrios para atender mejor a sus clientes. Por ahí empieza la desatención que sufren los que se denominaban impositores y que hoy no pasan de ser meros números en los balances bancarios.
Bien está que algún dinero de los bancos se destine a exposiciones como esta, que nos enseñan las maravillas cósmicas del sistema solar, otros mundos. Pero más nos valdría que atendieran con idéntico celo a sus clientes, los que vivimos en este mundo de aquí y depositamos nuestros dineros, con los que ellos se lucran tan ricamente.




