Mestalla decidirá las tablas de San Mamés

Athletic y Valencia empatan (1-1) en San Mamés con goles de Raúl García y Hugo Duro en un tenso partido en la ida de las semifinales de Copa del Rey. Por la anulación de la regla del valor doble de los goles visitantes, ningún equipo partirá con ventaja en el marcador en Mestalla, dejando la eliminatoria más abierta aún.

Los mejores momentos

San Mamés se erigía tan imponente como merecían las semifinales de Copa. Ya habían eliminado a Barcelona y Real Madrid, por lo que los bilbaínos querían seguir haciendo honor a su mística. Pese a ello, Bordalás y su Valencia no se lo iban a poner fácil. Los planes de partido de ambos conjuntos eran tan claros como similares, entrando el encuentro en un ida y vuelta en el que los chés no se amilanaban. Así se fueron intercambiando los golpes entre unos y otros, habiendo huecos para que brillasen los jugadores con más talento. Aun así, el primer gol del partido estuvo a punto de llegar por un fallo que rozaba lo tragicómico de Mamardashvili tras una cesión defectuosa de Diakhaby. Por suerte para el espectáculo, el marcador se mantuvo inamovible.

Ese disparo en el pie que estuvo cerca de pegarse el Valencia fue el preámbulo de sus peores minutos. Entonces, en esos momentos de zozobra, es cuando el Athletic más se crece. Los de Bordalás acabaron concediendo una peligrosa falta lateral cercana al área, lo suficiente como para que Muniain la colgase con la calidad que atesora. El capitán, tan preciso como acostumbra, encontró a Raúl García en el segundo palo, adelantando a los suyos con un remate ante el que pudo hacer el meta rival. Era el minuto 37, y la mística de San Mamés ya aupaba a los suyos para mantener la ventaja.

Después del descanso, la tensión seguía en aumento, teniendo aún muy presente la tángana que hubo al final de la primera parte y que supuso la expulsión de Maxi Gómez. Ahí, en esos ambientes incómodos de la Copa entre los que solo aparecen los muy buenos, Hugo Duro se mueve como nadie. Habiendo saboreado el fracaso con aquel balón que tocó en su espalda cuando defendía la camiseta del Getafe y viviendo un momento muy dulce con el Valencia, el madrileño sabe perfectamente qué hacer en estas situaciones. Como los mejores delanteros, se aprovechó de un rechace en la frontal del área pequeña para empatar el partido en el minuto 65.

Tras el derroche de intensidad de ambas partes, el partido se tranquilizó. Volver a ese frenético ida y vuelta no favorecía a ninguno de los dos equipos por muy desacertados que estuviesen. La tranquilidad en el juego no se transmitió al ambiente, viéndose aumentada esa tensión que imperaba desde el final de la primera mitad por el vértigo que produce el paso de los minutos en unas semifinales. Athletic y Valencia, con más corazón que cabeza, dejaron varias aproximaciones peligrosas, pero daba la sensación de que ambos equipos debían aceptar resignados el empate. Las tablas de este primer partido, que de poco más que de tanteo van a servir por la anulación de la regla del valor doble de los goles, dejan todo abierto para una vuelta en Mestalla que promete igualar en ambiente a San Mamés.