El Gobierno aprobará el martes la nueva Ley del Cine que incluye las series y otras obras audiovisuales

Los grandes cambios que ha experimentado la industria del cine y del audiovisual en España y en todo el mundo han hecho el Gobierno redacte una nueva Ley del Cine. Es la manera de modernizarse y adecuarse a los nuevos tiempos y maneras de consumo de las películas y las series. Tras un tiempo en consulta pública, el próximo martes el Consejo de Ministros aprobará el borrador de la nueva norma, que es toda una declaración de intenciones desde su propuo títulio: Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual.

El objetivo de la norma es "dotar de mayor coherencia y seguridad jurídica al sector", señala el texto, al que ha tenido acceso la Cadena SER y que se redacta en paralelo a la nueva Ley Audiovisual, de la que tanto se ha hablado. En él se establecen definiciones de los diferentes productos audiovisuales, como película cinematográfica -que se estrena en las salas de proyección-, obra audiovisual -aquellas que se estrenan directamente en plataformas o en internet, sin pasar por una sala de cine- o serie de televisión que pasan a estar bajo el paraguas de una misma norma, algo que no ocurría en la anterior.

Así, el texto define obra audiovisual como "la creación expresada mediante una serie de imágenes asociadas, ya sean éstas reales o de animación; con o sin sonorización incorporada; tanto de ficción como de carácter documental o experimental; que haya sido fijada en cualquier medio o soporte, y en cuya elaboración queda definida la labor de creación, producción, montaje y posproducción". Mientras que una película cinematográfica será aquella "destinada, en primer término, a su explotación comercial en salas de exhibición cinematográfica".

En pleno boom de las series y con el crecimiento de la animación, esos contenidos no estaban recogidos en la norma de 2007. Tampoco las producciones minoritarias y eso hace que se queden sin ayudas y sin estar dentro del amparo del ministerio de Cultura y del ICAA. De modo, que en un futuro podrían entrar dentro de las ayudas a la producción todos estos nuevos productos audiovisuales e incluso las películas que no estrenen en salas de cine. La única vez que esto ocurrió fue en el año del COVID, donde las salas estaban cerradas y un Real Decreto permitió este cambio. Ahora las futuras órdenes y Reales Decretos podrán ahondar en esta cuestión. En el Artículo 22 de la ley es donde se deja entrever esto. Su título es "Ayudas para la producción de largometrajes y de otras obras audiovisuales sobre proyecto", y establece que "se podrán conceder ayudas a empresas productoras para la financiación del coste de la producción de proyectos de largometraje y de otras obras audiovisuales".

La ley incorpora ayudas a la distribución indepediente, a la exhibición -siempre y cuando las salas de cine sean accesibles a las personas con discpacidad- y también a la creación. "Se fomentará la creación mediante la concesión de ayudas a personas físicas para la elaboración de guiones", dice el texto de una propuesta que ya había sido anunciada por el ministerio. "Igualmente se podrán conceder ayudas a productoras independientes para el desarrollo de un proyecto o de un conjunto de proyectos audiovisuales", añade. La ley indaga además en la definición de productor independiente, otra vieja demanda de una parte de los productores, para ganar en protección y amparo jurídico en medio de un mercado globalizado y con grandes multinacionales.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Por último, se prevé la creación de un Consejo Estatal de la Cinematografía y la Cultura Audiovisual, organismo que existe en otros países europeos y que venía reclamando el sector "para favorecer una mayor colaboración público-privada en este ámbito, así como para que participe en la formulación, aplicación, evaluación y seguimiento de las políticas públicas en el ámbito de la cinematografía y la cultura audiovisual que sean competencia del Estado".

La ley también desarrolla otra de las demandas del sector en los últimos años la defensa nuestro patrimonio fílmico a través de cuotas en la distribución. Por ejemplo: "La programación de las salas de exhibición cinematográfica deberá incluir películas cinematográficas de Estados miembros de la Unión Europea o iberoamericanas en cualquier versión, de forma tal que, al concluir cada año natural, al menos el 20 % de las sesiones que se hayan programado sea con películas cinematográficas comunitarias o iberoamericanas", señala el borrador.