El cine en la SER
Cine y TV | Ocio y cultura

'Cinco lobitos': lazos maternales y conciliación

La directora Alauda Ruíz de Azúa debuta en Berlín con 'Cinco lobitos', protagonizada por Susi Sánchez y Laia Costa

Fotograma de Cinco lobitos / cedida

Imaginen una sociedad distópica, como la que describía el periodista Sergio Fanjul: en la que todos trabajemos tanto que no tengamos tiempo para cuidar a los padres ni a los hijos. Efectivamente ya vivimos en esa terrible distopía y no hay que irse al género de ficción para representarla; sino más bien centrarse en el realismo social. Eso es lo que hace Alauda Ruiz de Azúa en su debut, Cinco lobitos, película que este viernes se presenta en la sección Panorama de la Berlinale. "Estamos muy emocionados porque es un proyecto muy familiar, que nace entre amigos. Sabíamos que teníamos un proyecto muy especial, pero que se mueve en un terreno más indie y que necesita un festival para tener esa visibilidad", cuenta la directora en una entrevista en la Cadena SER.

Cinco lobitos aborda el salto generacional y el cambio de modelo en la crianza. Sin nostalgia del tiempo pasado, pero sin prepotencia del tiempo presente. Simplemente muestra las dinámicas familiares y de género que operan y que siguen dejando a las mujeres toda la carga. "Ha habido una generación de mujeres que se han quedado en casa, que han llevado la crianza de los hijos, y cuando ese modelo se ha derrumbado y nos encontramos con las parejas modernas, vemos que hay todo tipo de problemas de conciliación", explica la directora. Hay un choque generacional y algo por resolver y ahí arranca la película. "Quería empezar la película en medio de ese conflicto. Ir descubriendo poco a poco esas relaciones familiares y cómo se ven los unos y los otros. También ese es el viaje de la protagonista, una madre primeriza, que se ve viviendo la vida de su madre y va a entender muchas cosas de su madre que no sabía".

Desde un claustrofóbico piso en el centro de Madrid, donde vive una pareja joven y moderna, que acaba de tener un hijo, la película nos lleva de vuelta a la casa de los padres, una vivienda unifamiliar en un pueblo tranquilo de Euskadi. "La película sucede dentro de las casas porque me interesa lo íntimo y había que estar en casa. Pero tiene que ver más con el hecho de cómo vive ella volver a casa de los padres. Vuelves como hijo y está esa sensación de que vuelves a un refugio, donde has sido niña, donde te van a cuidar, donde se come rico y luego cómo todo eso se transforma y está esa idea al final de encontrar su propia casa".

Un viaje de una mujer joven que quiere seguir trabajando, a pesar de ser madre, pero no lo tiene tan fácil, y además tiene que hacerse cargo de su propia madre. "Puede ser que parezca una película más generacional, pero luego hay un viaje de madurez y de entender que la familia es un vínculo muy complejo que nos condiciona quiénes vamos a ser en el futuro y del que es muy difícil de escapar", dice Alauda Ruiz de Azúa, directora que ya tiene una trayectoria en publicidad en el cortometraje, con títulos como Dicen, Nena o Clases particulares.

Susi Sánchez y Laia Costa son las dos protagonistas. Dos mujeres, dos madres de dos generaciones diferentes, que tratan de lidiar con la crianza, con las relaciones de pareja. Las dos llevan el peso interpretativo en dos brillantes trabajos, que van de lo emocional a lo más cotidiano. "He tenido muchísima suerte. Son dos animales, son maravillosas. Apostaron enseguida por el proyecto y fue muy fácil y gustoso", dice la directora. Junto a ellas, Ramón Barea, el pater familias, con todos los tics machistas de una generación de hombres, y Mikel Bustamente, un hombre moderno, joven, que tiene que adaptarse a un nuevo rol masculino. Y el quinto protagonista es el bebé, todo un reto para una directora debutante. "Eso me ha encantado. Lo que hacíamos era jugar a favor del bebé y eso da una pátina de vida real en las escenas", reconoce.

La figura del ama de casa, de la madre es algo diferente en este debut. Ese era uno de los objetivos de la creadora. "Se ha hecho una figura maternal o un ama de casa como una figura algo cliché, como una mujer cariñosa, madre de sus hijos, que lleva genial la renuncia. Y yo he visto otro tipo de madres. Desde una responsabilidad y una madurez increíble, porque seguramente fueron madres muy jóvenes, se han quedado en casa, han gestionado y curiosamente suelen ser mujeres que mandan mucho en su casa. Su manera de cuidar es organizar la vida de los demás y se han quedado en el ámbito doméstico y me apetecía abrir el abanico de ese tipo de personajes", incide.

Coincidiendo con la Navidad, el ministerio de Igualdad, que dirige Irene Montero, puso en marcha una campaña llamada Esto no se hace solo para concienciar precisamente de ese reparto de tareas en lo doméstico y en la crianza. Para que nos hagamos una idea, el 84 por ciento de las mujeres desarrolla tareas del hogar todos los días, frente al 42 por ciento de los hombres. Pero, como le ocurre al personaje de Laia Costa en esta película, más del 85 por ciento de las personas que dejaron su trabajo para cuidar de sus hijos o hijas fueron mujeres. 3.065.800 mujeres son inactivas al dedicarse a las labores del hogar, frente a 424.900 hombres, según la Encuesta de Población Activa.

Esa reivindicación subyace en esta historia íntima, emotiva. Porque detrás de lo personal, anda siempre una reivindicación política. "Cuando escribo o cuando rodaba no lo hacía desde un sentimiento reivindicativo, porque al final hago el cine que me enamora y soy una enamorada del cine refugio. Pero sí puede que sea una manera de reivindicar algo que está pasando ahora.Tenemos este debate sobre la conciliación, que es un debate urgente, pero como no se acaba de resolver lo siguen pagando ellas. Decimos eso de las familias concilian, pero no es así, las familias sobreviven. No era tanto reivindicativo como plasmar una realidad que yo la he vivido, a través de amigas, conocidas y que ahora es cierto que hay más debate".

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...