Cultura y televisión
Cultura y televisión. Firma de opinión de Rosa Aparicio
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Córdoba
Permítanme que hoy les hable de televisión. Bueno, de televisión y de cultura. Ese binomio cada vez más inverosímil en un contexto en el que las plataformas digitales han engullido de las parrillas de programación generalistas todo aquello que no sean retransmisiones deportivas, espacios de telerrealidad ficcionada o entretenimiento de baratillo.
Si en las cadenas privadas encontrar un espacio con la etiqueta de cultura es misión imposible bajo la tiranía de las menguantes audiencias, en las televisiones públicas, donde la difusión de estos contenidos se recoge en su ADN, aún subsisten algunos oasis donde calmar la sed en medio de este desierto catódico.
Hasta hace unas semanas en Andalucía, ese oasis era ‘Al Sur’. Un cuidadísimo escaparate cultural de producción propia en el que durante 27 años se ha mostrado con calidad, profesionalidad y mimo exquisitos la riqueza, el talento y la inquietud creativa, que bullía y bulle en las ocho provincias andaluzas.
La única ventana de información y divulgación cultural de la cadena pública andaluza ha echado el cierre sin previo aviso y lo hace después de someter al programa y a su audiencia a un permanente maltrato con cambios constantes y horarios imposibles de programación que convertían el interés de sintonizarlo en una yincana a prueba de titanes.
La desaparición de ‘Al Sur’ es una pésima noticia y lo es no solo para escritores, músicos o artistas que tendrán mucho más difícil dar a conocer sus obras sin este necesario espacio de referencia, ahora y en el mejor de los casos, desmigado en los minutos finales de los informativos. Lo es por el nada ejemplificador mensaje en un medio de comunicación público que con esta decisión ignora uno de sus compromisos fundacionales: el de ser instrumento fundamental de difusión intelectual y artística y de conocimiento de los valores históricos, culturales y lingüísticos del pueblo andaluz en toda su riqueza y variedad.
La cultura se queda muda en Canal Sur y su silencio es demasiado estruendoso para una cadena que aspiraba a ser ‘La nuestra’.
