Ocio y cultura

Gervasio Sánchez muestra en 40 fotografías la violencia que sufren las mujeres en los conflictos internacionales

El centro cultural Okendo de San Sebastián acoge la denuncia del fotoperiodista en una exposición que se podrá visitar hasta el 30 de abril

El fotoperiodista Gervasio Sánchez, presenta este viernes una exposición en San Sebastián en la que ofrece un relato visual sobre la violencia que sufren las mujeres en los conflictos internacionales. EFE/Juan Herrero / Juan Herrero (EFE)

San Sebastián

Niñas y mujeres en realidades desgarradoras protagonizan la nueva exposición que el fotoperiodista Gervasio Sánchez ha inaugurado hoy en San Sebastián, en la que 40 imágenes denuncian el dramático impacto que la violencia de género tiene en conflictos armados de distintos lugares del planeta.

"No es igual ser mujer que hombre en una guerra" porque "la relación con el sufrimiento será más brutal si eres mujer", ha asegurado el veterano reportero gráfico en la presentación de la muestra que, promovida por Euskal Fondoa y organizada por el Ayuntamiento donostiarra, permanecerá en el centro cultural Okendo hasta el próximo 30 de abril.

Ésta es la primera de las "paradas" en Euskadi que hará "Violencia contra las mujeres en conflictos internacionales", la muestra que Sánchez organizó en 2019 por encargo del Gobierno de Aragón y que ha recorrido numerosos municipios de la comunidad, junto a un libro-catálogo editado por Blume con el apoyo del Ministerio de Igualdad.

El prestigioso fotógrafo de guerra, cordobés de nacimiento pero afincado en Zaragoza, presenta una selección de 40 imágenes tomadas entre 1984 y 2017 durante sus coberturas en 25 guerras o conflictos violentos de varios países de Latinoamérica, los Balcanes, África y Oriente Próximo.

Aunque ahora las presenta "sueltas", las instantáneas no están hechas de forma aislada, sino que forman parte de reportajes o series que ha hecho a lo largo de tres décadas de actividad profesional, por lo que en la mayoría de los casos conoce "las durísimas" realidades que han vivido sus protagonistas.

Siempre crítico con la dura historia de violencia que acumula la sociedad actual, Gervasio Sánchez ha denunciado con especial énfasis que la violación de niñas y mujeres, pese a haber sido "usada siempre como arma de guerra", no haya sido catalogada de "crimen de lesa humanidad" y, por tanto, que no prescriba, "hasta 2010".

En la exposición, refleja "los distintos ángulos de la violencia contra las mujeres" en esas circunstancias, desde la que sufren mujeres agredidas físicamente como la de quienes buscan "durante años" a sus hijos o esposos desaparecidos, pero también las penurias de madres "que ven morir a sus hijos, de cólera o de hambre", o las que se exponen a las bombas haciendo cola durante horas ante fuentes públicas de Sarajevo.

Los textos que acompañan cada foto son un breve resumen de historias más amplias que Sánchez ha contado durante la presentación de la muestra.

Entre ellas, está la de Claudia, una adolescente a la que retrató en Colombia en 2001 con una grave afección medular causada por seis disparos que le efectuó su padrastro, y Mariatu Kamara con sus manos amputadas en la guerra de Sierra Leona.

La chilena Ana González mostrando un mechón de pelo de su nuera, desaparecida junto a dos de sus hijos y su marido durante la dictadura de Pinochet; su compatriota Inelia Hermosilla, que "todos los lunes cambiaba las sábanas de la cama de su hijo" por si "lo encontraba"; y Shamira, retratada a los 23 años con tres de sus hijas y su esposo, de 55, con el que se casó obligada en Afganistán, son algunas de las tristes protagonistas.

De Guatemala procede una de las imágenes cuya historia remueve conciencias: la que sacó en 1992 a Eusebia, "una chiquilla de 12 años" -relata Sánchez- que huyó de su casa porque "su padre y sus hermanos la violaban" y acabó en un prostíbulo. "No quiso participar en un programa" de rehabilitación de menores porque "cobraba cuatro veces más que las adultas" por sus servicios sexuales y "estaba contenta". "Solo aceptó" someterse a un chequeo en un hospital, donde "el médico dijo que nunca había visto un cuadro de enfermedades venéreas semejante". "Unos años después murió, por suerte para ella", ha sentenciado.

Niñas soldados, víctimas de la hambruna en Sudán o palestinas entre soldados israelíes en Jerusalén, forman también parte de la exposición que, a partir de mayo, recorrerá las casas de cultura de los municipios vascos que lo soliciten, entre los que ya figura Vitoria, que la exhibirá el próximo noviembre.