El aumento de la presencia de tropas y armas en la frontera de Ucrania multiplica la tensión entre Rusia y Occidente
EEUU, Reino Unido, Países Bajos y otros tres países han pedido a todos sus ciudadanos que abandonen Ucrania de forma inmediata. Por su parte, la Unión Europea dejará abandonar el país al personal diplomático no esencial ante la posible invasión rusa
Madrid
El riesgo de conflicto armado en el seno del Viejo Continente es cada vez mayor. Tanto Rusia como los países occidentales, encabezados por Estados Unidos y la OTAN, han elevado el tono de sus posturas y decisiones en los últimos días, por lo que la escalada de tensión que se vive en la frontera entre Ucrania y el país liderado por Vladimir Putin continúa traduciéndose en un peligroso aumento de la presencia de tropas militares y armamento. Sin embargo, todas las fuerzas siguen asegurando ante la opinión pública que confían en la vía diplomática para resolver el conflicto. Según la agencia rusa RIA, Joe Biden y Putin hablarán este sábado por teléfono.
La sensación de que el conflicto puede estallar aumenta, especialmente tras los avisos de cuatro países y de la UE, que instan a sus ciudadanos y su personal no esencial a abandonar el país de forma inmediata. Washington les pide que lo hagan "en las próximas 24 o 48 horas", mientras que Londres "actualiza su alerta de viaje" y recomienda que lo hagan "inmediatamente". Por su parte, la UE señala que dejará abandonar Ucrania al personal diplomático no esencial, ya que les permitirá "teletrabajar desde fuera del país" y se suma a los anuncios pasados de Países Bajos y Corea del Sur, Noruega y Letonia, que han hecho lo propio.
Estados Unidos, asegura por medio de su secretario de Estado, Antony Blinken, que sus asesores de seguridad le han advertido de que el Kremlin podría invadir Ucrania "en cualquier momento, incluso durante los Juegos Olímpicos", que se celebran hasta el próximo día 20 en Pekín. Posteriormente, volvió a recordar que Moscú afrontará "consecuencias masivas" si decide hacerlo, que pasan por sanciones económicas, limitaciones a las exportaciones y un aumento de las capacidades militares de Ucrania y la OTAN.
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Sin embargo, desde Washington han descartado enviar tropas al terreno porque “si los norteamericanos y los rusos empiezan a dispararse unos a otros, se desataría una guerra mundial”. Una decisión sosegada que, de haber sido en sentido contrario, hubiera disparado aún más la tensión en el Este de Europa. Además, según recoge 'The New York Times', un alto funcionario estadounidense confirmó que mandos militares y de inteligencia estimaron que el Ejército ruso habría reunido el 70 por ciento de las fuerzas que necesitaría para una invasión total de Ucrania.
A pesar de la negativa a enviar tropas, este viernes han llegado a Polonia un grupo de ocho cazabombarderos F-15, además de un número no precisado de helicópteros de transporte CH-47 Chinook y helicópteros de ataque a tierra HH-60 Blackhawk desde Washington. El principal cometido de los F-15 será vigilar el espacio aéreo polaco y báltico, con especial atención al enclave de Kaliningrado, ya que "aviones rusos se acercan al espacio aéreo de la OTAN sin comunicarse con el control de tráfico aéreo y sin informar de su plan de vuelo o con sus transpondedores apagados para permitir su ubicación e identificación", según apunta el ministro polaco de Defensa, Mariusz Blaszczak.
Por su parte, desde Moscú también han endurecido su postura, tanto a nivel diplomático como militar. Este viernes han tachado de "falta de respeto" la respuesta que dieron de manera conjunta los países occidentales a sus planteamientos sobre la seguridad indivisible en Europa: "No podemos aceptar una respuesta colectiva. Esperamos una respuesta detallada a la pregunta que planteamos de cada uno de los destinatarios. En cambio, nos escriben (secretario general de la OTAN) Jens Stoltenberg y (el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores) Josep Borrell, a quienes no nos hemos dirigido. Está tratando de garantizar su seguridad a costa de la nuestra", apuntó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Además, Putin ha dado orden de aumentar la presencia militar en todos los frentes posibles, incluida la frontera entre Bielorrusia -país alineado con el Kremlin- y Ucrania. A los más de 100.000 soldados desplegados en su propia frontera, se deben sumar otras 5.000 tropas rusas que, según La Casa Blanca, se han desplegado en esta zona. Esto sería solo el principio, ya que Washington asegura que planea incrementar esa cifra hasta los 30.000 hombres, un factor que aviva las tensiones y aleja una hipotética desescalada. En adición, este viernes ambos ejércitos intensificaron sus ejercicios militares conjuntos con pruebas para repeler un ataque aéreo con fuego real.
Desde Moscú y Minsk, sin embargo, no consideran que esto pueda influir en el devenir del conflicto. El Ministerio de Defensa de Bielorrusia apodó las maniobras "Determinación aliada-2022", y ambos estados han defendido la "transparencia" de la operación conjunta, que no rebasarían los límites contemplados por los acuerdos internacionales, mientras acusan a la OTAN de más que duplicar sus ejercicios en el último año y ampliar su presencia militar cerca de las fronteras de ambos países.
Biden convoca su segunda reunión en tres semanas con los aliados de la OTAN
Ante este delicado escenario que puede agitar el tablero geopolítico, las naciones occidentales tratan de mantener una estrategia fuerte y unánime. Conscientes de la capacidad desestabilizadora de Rusia, Joe Biden ha convocado este viernes una llamada con los países aliados de la OTAN para promover una respuesta basada en la "diplomacia y la disuasión".
En esta ocasión ha aumentado el número estados convocados a la reunión, pero España vuelve a quedarse fuera. Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá, Italia, Polonia y Rumanía, además de la Unión Europea y la OTAN. El secretario general de esta última organización, Jens Stoltenberg, viajó a Rumanía este viernes, un gesto que se interpreta como una nueva señal de apoyo a los países del flanco oriental europeo, y recordó que el enfrentamiento armado no es el único escenario posible: "Existe el riesgo de una invasión a gran escala, pero también de otras acciones agresivas, como el derrocamiento del gobierno en Kiev o ciberataques. La OTAN no tiene certeza en este momento de lo que sucederá". Además, reconoció que están estudiando aumentar la presencia de tropas en el país rumano, también fronterizo con Ucrania.
Al término de la reunión, todas las partes reafirmaron la importancia de continuar el diálogo con Rusia, asegurando que están "preparados" para proseguir con las conversaciones. En un comunicado, la OTAN ha trasladado que los participantes han reiterado que "cualquier agresión" rusa contra Ucrania tendrá "un alto coste" para Moscú. Durante la llamada, Stoltenberg ha advertido de que el riesgo de un conflicto en Europa "es real" y ha saludado los despliegues adicionales puestos en marcha para reforzar el flanco este de la Alianza.
Desde Bucarest solicitaron a Estados Unidos el envío de tropas para reforzar la seguridad en el Este de Europa, conscientes de que el Kremlin está haciendo movimientos en los estados colindantes con Ucrania y este hecho les sitúa en una posición comprometida. Su presidente, Klaus Iohannis, ha calificado en rueda de prensa que la actual es la crisis más grave desde la caída del telón de acero en 1989 y considera "inaceptable" la estrategia de intimidación de Rusia.
Por último, Ucrania, que se encuentra en el 'ojo del huracán', continúa abogando por la vía diplomática mientras la población civil se prepara para un posible combate. Kiev está a favor de continuar las negociaciones tras la reunión de los asesores de los líderes del Formato Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania) para el arreglo del conflicto en el Donbás, el este del país, celebrada este jueves en Berlín y que concluyó sin resultados.
"Estamos dispuestos a negociar durante 24 horas (seguidas) para obtener el resultado deseado: el fin de la guerra y la recuperación de nuestros territorios", declaró el jefe de la delegación ucraniana, Andriy Yermak, que encabeza la Oficina de la Presidencia de Ucrania. Por su parte, el representante ruso en las negociaciones, Dmitri Kozak, declaró que las consultas de Berlín concluyeron sin "resultados palpables". Además, Kozak, subjefe de la Administración de la Presidencia de Rusia, señaló que Ucrania se niega a tener en cuenta la opinión de los representantes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en lo que se refiere al "futuro estatus" de esos territorios.
Así, la escalada de tensiones que arrancó hace unas semanas debido a las intenciones de la OTAN de ampliar su influencia en el este de Europa e integrar a Ucrania ha repuntado en los últimos días. Tras vivir una etapa de pausa, donde se intensificaron unas reuniones diplomáticas entre los diferentes actores que todavía continúan, todas las partes han endurecido su tono y la amenaza de conflicto es mayor. Sin embargo, la incertidumbre, protagonista desde el principio, prosigue reinando en el este de Europa.