Amnistía Internacional denuncia la baja tasa de vacunación de los países pobres
La organización señala a los países desarrollados y a las farmacéuticas como responsables de la falta de un acceso universal a la vacuna

Amnistía Internacional denuncia la baja tasa de vacunación de los países pobres
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Logroño
A pesar de los llamamientos urgentes para garantizar la distribución equitativa de las vacunas contra la COVID-19 en 2021, las empresas farmacéuticas "fracasaron estrepitosamente a la hora de afrontar el reto de una crisis sanitaria y de derechos humanos global sin precedentes", según denuncia Amnistía . Desde la organización en defensa de los derechos humanos afirman que las empresas "monopolizan la tecnología, bloquen y presionan para evitar que no se comparta la propiedad intelectual, cobran precios elevados por las vacunas y priorizan el suministro a los países ricos".
"Estamos en una situación muy comprometida porque no se han cumplido los objetivos de la Organización Mundial de la Salud. Estamos en unas cifras bajísimas en los países de ingresos bajos y medios", asegura Goyo Martín, portavoz de Amnistía Internacional en La Rioja. Y es que Amnistía Internacional muestra en un estudio que el año pasado se produjeron 10.000 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19, más que suficientes para alcanzar el objetivo del 40% de vacunación mundial fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, el informe, próximamente también en español, Money calls the shots: Pharma's response to the Covid-19 vaccines crisis (El dinero manda: La respuesta de la industria farmacéutica a la crisis de las vacunas contra la COVID-19) —actualización del informe de Amnistía Internacional de septiembre de 2021 Doble dosis de desigualdad: Las empresas farmacéuticas y la crisis de las vacunas contra la COVID-19— revela que poco más del 4% de la población de países de bajos ingresos se había vacunado con pauta completa a finales del año pasado.
La realidad revela que la lista de muertes en todo el mundo a causa de esta pandemia se eleva ya a cerca de 6 millones de personas. Por ello, desde Farmacéuticos Sin Fronteras se exigen mecanismos para disponer de las patentes y avanzar en la vacunación de forma más rápida. "Estamos predicando en el desierto, hay mecanismos legales para obtener esas patentes y liberalizarlas", afirma Fernando Martínez, fundador de Farmacéuticos Sin Fronteras. En 2021, Pfizer, BioNTech y Moderna previeron unos ingresos de hasta 54.000 millones de dólares, y sin embargo suministraron menos del 2% de sus vacunas a países de bajos ingresos. Las empresas chinas Sinovac y Sinopharm sólo entregaron a países de bajos ingresos el 0,5% y 1,5% de sus vacunas, respectivamente.
Los registros de Johnson & Johnson y AstraZeneca en cuanto a la distribución fueron mejores: el 50% de sus existencias llegaron a países de ingresos bajos y medianos bajos (muchas de estas dosis se suministraron como “donaciones” de países de ingresos altos y no como parte de contratos de venta). Sin embargo, ambas empresas siguen negándose a compartir su tecnología y propiedad intelectual a través de iniciativas coordinadas por la Organización Mundial de la Salud y están ahora abandonando sus sistemas de precios sin ánimo de lucro.
La empresa de análisis e información de carácter científico Airfinity ha aportado otras conclusiones que incluyen, a fecha 31 de diciembre de 2021, las siguientes:
- AstraZeneca produjo algo menos de 2.400 millones de dosis de vacunas en 2021, de las cuales suministró el 1,7% a países de bajos ingresos y el 70% a países de ingresos medianos bajos, lo que supone un incremento respecto a la evaluación anterior.
- Johnson & Johnson produjo algo más de 300 millones de dosis en 2021, de las cuales distribuyó el 20% a países de bajos ingresos y el 31% a países de ingresos medianos bajos, lo que representa un incremento significativo respecto a la evaluación anterior.
- Moderna produjo 673 millones de dosis en 2021, de las cuales distribuyó el 2% a países de bajos ingresos y un 23,5% a países de ingresos medianos bajos, lo que supone un incremento significativo respecto a la evaluación anterior, aunque sigue siendo insuficiente.
- Pfizer/BioNTech produjo 2.400 millones de dosis en 2021, de las cuales distribuyó el 1% a países de bajos ingresos y el 14% a países de ingresos medianos bajos, lo que supone un ligero incremento respecto a la evaluación anterior, pero por debajo del objetivo del 50% fijado por Amnistía Internacional.
- Sinopharm produjo algo más de 2.200 millones de dosis en 2021, la mayoría de las cuales se suministraron a nivel nacional en China. La empresa suministró el 1,5% de las dosis a países de bajos ingresos y el 24% a países de ingresos medianos bajos, por debajo de lo requerido para una distribución equitativa de sus vacunas.
- Sinovac produjo más de 2.400 millones de dosis en 2021, la mayoría de las cuales se suministraron a nivel nacional en China. La empresa suministró el 0,4% de las dosis a países de bajos ingresos y el 20,5% a países de ingresos medianos bajos.
El informe de Amnistía también señala que estas empresas no comparten su propiedad intelectual, sus conocimientos ni su tecnología, ponen obstáculos al acceso justo a las vacunas, y presionan activamente contra la flexibilización de los derechos internacionales de propiedad intelectual.
Amnistía Internacional también exige a las empresas que compartan la propiedad intelectual mediante la expedición de licencias abiertas y no exclusivas o participando en el Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19 (C-TAP), creado para apoyar el intercambio de licencias abiertas y no exclusivas, divulgar públicamente todos los términos y condiciones y fijar el precio de las dosis de manera que los beneficios no se interpongan en el acceso a las vacunas contra la COVID-19.




