Málaga quiere ampliar la moratoria que paraliza las nuevas casas de apuestas cerca de colegios e institutos

Málaga

Málaga cumple esta semana diez meses con la moratoria en vigor que prohíbe la instalación de nuevos bingos y casas de apuestas a menos de 500 metros de colegios, institutos, zonas verdes y equipamientos deportivos y sociales. Y no se queda ahí. El ayuntamiento de la capital anuncia que pretende ampliar esa moratoria, como medida cautelar, mientras sigue tramitando la modificación urbanística -una innovación del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU)- que permita aplicar la norma de forma definitiva.

Todo a pesar del tirón de orejas inicial de la Consejería de Hacienda, que envió un documento al consistorio en junio del año pasado advirtiendo que se estaban invadiendo competencias. Y es que Málaga, gobernada por el popular Francisco de la Torre, es uno de los tres municipios díscolos en Andalucía, junto a Cádiz (presidida por Sí se puede Cádiz) y Alcalá de Guadaira (PSOE), que ha decidido triplicar, por considerar insuficiente, la distancia establecida por la Junta de Andalucía de 150 metros de separación entre los locales de juego y los centros educativos en el Decreto 161/2021, aprobado en mayo del año pasado. Estos ayuntamientos están en la misma línea que colectivos vinculados al juego patológico, que consideran insuficiente por exigua la distancia decretada por el Gobierno Andaluz para prevenir que los escolares puedan entrar en contacto con el juego y generar futuras adicciones.

La moratoria en la ciudad de Málaga se adoptó por un año, finaliza el próximo 19 de abril, y ya hay varios promotores de casas de apuestas llamando a la puerta del ayuntamiento, pendientes de que acabe ese plazo. El concejal de Ordenación del Territorio, indica que "antes de que acabe la [medida] cautelar", intentarán aprobar la modificación inicial del PGOU "y eso permitirá continuar con las medidas cautelares". "En ningún momento vamos a parar esta innovación del Plan General ni en ningún momento vamos a permitir que las medidas cautelares se levanten porque creemos firmemente que nos ampara la razón y lo que queremos es que nuestra ciudad nos dejen ordenarla de la manera más coherente", afirma López. De hecho, el consistorio siempre ha negado esa invasión de competencias de las que habla la Junta, que incluso llevó al ayuntamiento de Cádiz al TSJA por esa normativa. El edil ha venido asegurando que la intención municipal es ordenar la ciudad, en ningún momento regular el juego, que es una competencia andaluza.

Desde la plataforma Málaga contra las casas de apuestas advierten que estarán muy vigilantes para que se mantenga la moratoria y critican la actitud de la Junta de Andalucía, ya que consideran abiertamente que se ha quedado muy corta y ha desoído la voz de los colectivos que tratan los problemas derivados del juego patológico. Así lo indica Alejandro Torres, miembro de esta plataforma, cuyas reivindicaciones son aún más ambiciosas: piden incluso el cierre de los establecimientos de juego que estén ubicados en un radio de 500 metros de los centros educativos, además de una mayor regulación del juego on line y la prohibición de la publicidad en la red. También el edil López solicita medidas en el ámbito de internet.

Así las cosas, de aquí al 19 de abril se verá si finalmente el consistorio amplía esa moratoria y si la Junta no mueve ficha en contra. De hecho, durante el pasado mes de enero trascendía una respuesta del consejero de Hacienda, Juan Bravo, al diputado de Unidas Podemos por Andalucía, Jesús Podemos, en la que la que el titular de la consejería responsable de regular el juego indicaba "que no aprecia actualmente motivos suficientes, perentorios y de interés general que demanden ampliar" la distancia mínima de "protección" de 150 metros establecida.

En la ciudad de Málaga hay 77 casas de apuestas. Encabeza el listado Carretera de Cádiz, con 37 de estos locales -casi tantos como colegios, explica Torres-. Le siguen Cruz de Humilladero y Bailén Miraflores, las zonas más populosas y humildes de la ciudad.