Oponentes y adversarios

Madrid

Los portavoces de los partidos políticos suelen hablar de todo, menos de sus propias organizaciones cuando en realidad es de lo único que de verdad saben y no de lo que pasa en las organizaciones de sus oponentes o adversarios. Después de unas elecciones, lo primero que habría que preguntar a cada candidato es: ¿tiene usted algo que decir de su propio resultado? Por ejemplo, dígannos Ciudadanos y Unidas Podemos por qué se han quedado con un único procurador en Castilla y León. Por ejemplo, díganos usted, portavoz del PP, si su situación en esa comunidad es mejor que la que tenía antes de las elecciones anticipadas. Tal y como están las cosas, lo único que importa ahora es saber si el PP va a terminar por incorporar a Vox, un partido de extrema derecha, al gobierno o si no está dispuesto a traspasar esa línea, aunque para eso tenga que pedir al PSOE que se abstenga. Y la segunda cuestión es si el PSOE está dispuesto a abstenerse para evitar que Vox se blanquee como una fuerza de gobierno o no y en ese caso qué explicación puede ofrecer. Porque no será fácil comprender una decisión semejante. Si el PSOE tiene en la mano la posibilidad de comprometer al Partido Popular en el rechazo a Vox debería afrontar esa decisión con valor y seriedad.