Argónida amenazada. El comentario de Ángel Núñez
Cada martes en el Hoy por hoy Cádiz.

El Coto de Doñana / Cadena ser

Cádiz
ARGÓNIDA AMENAZADA
Nos venden que se trata de resolver situaciones injustas. Emplean el concepto de «limbo legal» pero son realidades claramente al margen de la ley. De Doñana hablo. Limbo legal, dicen. ¿Se refieren a eso que Agamben enunció como espacios vacíos de derecho, aluden a zonas de anomia en las que las disposiciones jurídicas ya no valen, quieren borrar acaso la distinción entre lo público y lo privado? Pues por ahí no. En materia de medio ambiente —como en la urbanística, pero también en otras muchas— no existen limbos legales. Es muy sencillo: lo que no está dentro de la ley está contra la ley. Que no vengan con esa caricatura de la doctrina de los espacios sin derecho. Nos la quieren colar.
https://cadenaser.com/audio/047RD010000000026849/
Dicen que será una regulación de regadíos en el entorno de Doñana con la que se pondrá por fin orden en el agujero negro del saqueo del agua que viene sufriendo el parque desde hace demasiado tiempo. Legalizar regadíos hoy por hoy ilegales para terminar con los pozos clandestinos por los que la marisma se desangra no parece una buena idea. Más bien sugiere pura martingala. Efecto llamada. Pero la música nos suena. Es la misma que tocan los que proyectan una innecesaria autovía que rodee Doñana para conectar Cádiz con Huelva o la ampliación de carriles en las carreteras ya existentes. Ahogar al paciente para conseguir que respire no parece buena idea. Es también la misma música de los que emplean las regularizaciones urbanísticas con el pretexto de que así se acabará con las construcciones ilegales. Y nada de eso. Otra vez efecto llamada y vuelta a empezar. En el fondo es la misma música de los que, por acción u omisión, propician el puro despropósito de la Marina Isla de Valdecañas, en Cáceres, y luego, cuando el Tribunal Supremo ordena la demolición de todo lo construido, se excusan en la imposibilidad material o en que el derribo sería contraproducente. Responsables políticos que tienen entre sus obligaciones —lo establece esa Constitución que tanto nombran—velar por el medio ambiente.
A mí todo esto que proyectan en Doñana y su entorno a lo que me suena es a maniobras de guerra híbrida. Contra Argónida. Cuánto echamos de menos la lúcida palabra de Caballero Bonald. Más que nunca hay que defender Doñana frente a este nuevo «voraz e ininterrumpido proceso de consunción». Vistas las posiciones de los partidos, quizás, para parar este sindiós, solo nos quede Europa.




