"Regaremos las fincas con nuestras lágrimas", la desesperación de los agricultores de La Palma afectados por el volcán
Las fincas de la zona de exclusión afectadas por el volcán se están secando. Las desaladoras de emergencia fueron una solución precaria que no ha funcionado. Los agricultores llevan años reclamando un túnel de trasvase y el cierre del anillo hídrico insular, soluciones que nunca llegan. El agua en La Palma es un negocio privado trufado de intereses políticos y económicos.
La finca de Mónica González solo pudo ser regada tres veces con agua desalada desde la erupción del volcán de La Palma y se vio obligada a replantarla
Los Llanos de Aridane
La Palma es conocida como la isla bonita precisamente por el manto verde que la cubre. Tras la erupción del volcán, las conexiones con el agua privada del Valle de Aridane se cortaron, provocando el riesgo de sequía inminente de la zona más productiva de plátano de Canarias. Las fotografías aéreas de la costa muestran ahora una alfombra sepia, en lugar de un manto verde. Esto es traumático para los palmeros, especialmente para los agricultores que observan con impotencia cómo pierden sus cultivos día tras día. La zona más productiva de plátanos en Canarias está prácticamente seca, y aunque el Ministerio ha respondido asegurando la producción durante un año, a los agricultores les duele perder sus fincas. ¿Hay agua? Si, agua desalada de calidad cuestionada y con un flujo intermitente que no abastece suficientemente a los agricultores de la zona. De hecho, muchos se han visto obligados a abandonar las fincas. En algunas cooperativas se ha perdido más del cincuenta por ciento de la producción.
Los agricultores avisan de que si en agosto no tienen agua de calidad, perderán un año más de producción, como mínimo, y eso sería la ruina total. Mónica González es medianera, una de sus fincas fue totalmente arrasada por la lava y mantiene la segunda en la zona de exclusión. Hace unos días la ha dado por perdida por falta de agua. "Tengo ganas de llorar siempre, estoy triste de ver como está todo. Tendríamos que llorar todos para poder regar con lágrimas nuestras fincas y así salvarlas", sentencia Mónica, que solo pudo regar tres veces sus fincas. "Cuando pusieron las desaladoras estuvimos treinta y siete días sin regar, luego nos dieron cuarenta minutos de agua para tres fanegas. La segunda llamada para regar fue a los veintiún días y la tercera a los diecinueve, entonces decidimos que no, que así no vale la pena", explica Mónica. La mayoría de las fincas de la zona no tienen depósito, y por lo tanto, con un riego precario, están ya prácticamente secas.
Los agricultores advierten de que si no tienen agua de calidad a finales de julio o agosto se perderán más cosechas
El momento de resembrar las fincas que se han perdido es a finales de julio y agosto, "si en esa época no tenemos totalmente garantizado el suministro de agua, este desastre va a seguir, necesitamos el agua totalmente restablecida a finales de julio, porque las primeras semanas tras la resiembra hay que regar más", explica el agricultor César Pérez. Por eso reclaman el restablecimiento del tubo Hoyas Remo y Cruz Bermeja, "sería fundamental tener agua aunque fuese por esa vía", explican. Aunque para restablecer ese suministro es necesario atravesar tubos por encima de la lava. Mónica González explica que se sienten totalmente devastados, "los días son horribles, estamos aprovechando para desmochar las fincas con la esperanza de empezar de cero. Sin el barco de la Armada, tardamos más de dos horas en llegar a nuestras fincas. Me dan ganas de llorar porque pienso en los sacrificios que estamos teniendo que hacer para finalmente echar nuestras fincas al suelo. Es como si fuéramos a una guerra, horrible", sentencia Mónica.
Existen proyectos desde hace décadas para cerrar el anillo hídrico insular que permitirían abastecer por el sur las fincas que hoy se están secando. Pero el anillo jamás se ha cerrado, entre otras cosas, "porque existen intereses que lo impiden", según afirman numerosos agricultores del Valle. Tras la erupción del volcán, el Consejo no ha tenido más remedio que rescatar esos proyectos. Su intención es conducir un tubo por el mar, atravesando la Reserva Marina, opción que parece descartada por la dificultad para atravesar un lecho marino abrupto. La segunda opción es atravesar un tubo a través del acantilado desde Fuencaliente hasta Los Llanos, pero el Consejo no ha sido capaz de lograr las autorizaciones de las administraciones competentes, a pesar de la situación de emergencia en la que se encuentra la isla. El cierre del anillo resolvería innumerables problemas, entre ellos, la sequía del Valle, rompiendo el oligopolio del suministro. El Cabildo ha optado por restablecer la conexión con Tazacorte, aunque la solución está todavía en fase de consultas. Mientras tanto, los agricultores se quedan sin tiempo.
El agua en La Palma es un negocio privado, los agricultores llevan años movilizándose exigiendo la puesta en marcha de un túnel de trasvase para el Valle
Hay dos desaladoras instaladas de urgencia para producir agua y mantener las fincas en la zona de exclusión, pero una de ellas ha funcionado mal desde el principio. El consejero de Aguas, Carlos Cabrera, ha reconocido que se trata de una obra emergencia para producir agua, y que como tal, no es perfecta. El Gobierno tiene la intención de instalar una tercera desaladora, también temporal, como alternativa a los pozos y al túnel de trasvase que el Consejo Insular del Aguas se niega a perforar desde hace años. Hace unas semanas, y tras la presión de los agricultores del Valle, el Consejo ha autorizado unas catas para sondear el estado de la galería. "El objetivo de las desaladoras era mantener los cultivos, el que ha querido regar en la zona, ha tenido agua para hacerlo", ha insistido Carlos Cabrera en varias entrevistas. Además, señala que los "análisis hídricos objetivos" dicen que el agua no es de mala calidad. No obstante, según el Consejero, si los cultivos están secos es porque los agricultores han abandonado las fincas.
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César Pérez es agricultor desde niño. Tiene un invernadero en el suelo, varias fincas aisladas por coladas en el entorno de la montaña de Todoque y otra finca en Las Norias totalmente seca y llena de ceniza. "Me han molestado mucho las declaraciones del Consejo de Insular de Aguas afirmando que las fincas se han perdido porque las hemos abandonado. Es falso, que se informe un poco del agua que necesitan los plátanos para salir adelante. Soy medianero de una finca en Charco Verde y a día de hoy he podido regar solo cuatro veces, es totalmente insuficiente", explica César. "Más del ochenta por ciento de las fincas de esa zona están totalmente perdidas, la única solución que queda es resembrar", añade.
Juan Miguel Hernández es agricultor y actualmente presidente de la Sociedad Cooperativa Volcán de San Juan, que ha perdido la mitad de su producción. Su vivienda fue arrasada por la lava y sus fincas están dañadas. "La ilusión y el trabajo de toda mi vida", explica. "Me parecen tremendamente lamentables las declaraciones del consejero Carlos Cabrera, echarle la culpa a los agricultores de lo que está pasando en la zona cero me parece totalmente lamentable. A ver si vamos a tener la culpa de que una de las desaladoras no haya funcionado, que el agua no sea suficiente", lamenta Hernández.
Javi Rodríguez
(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...