Tambores de guerra... e impacto económico
Los mercados internacionales de la energía llevan semanas acusando la incertidumbre en Ucrania, una escalada de la tensión que podría tener una grave repercusión, habida cuenta del papel de exportador de gas natural de Rusia, si llega a desarrollarse un conflicto armado. ¿Cuáles podrían ser sus efectos? Lo analizamos con Gonzalo Escribano, del Real Instituto Elcano.
Tambores de guerra... e impacto económico
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Madrid
La escalada de tensión en el este de Europa no cesa. El aviso de Estados Unidos de que Rusia podría invadir Ucrania "en cualquier momento" ha disparado las alarmas, mientras Moscú emprende maniobras militares al este del país al tiempo que asegura que todavía hay espacio para el diálogo. "Nuestras posibilidades están lejos de agotarse. Por supuesto, no se debe continuar indefinidamente, pero en esta etapa sugiero prolongarlas e intensificarlas”, ha señalado este lunes Serguéi Lavrov, el ministro ruso de asuntos exteriores.
Y es que la tensión se ha disparado ante la falta de resultados claros a tanto esfuerzo diplomático que busca un gesto de desescalada militar por parte de Rusia y ahora Occidente teme más que nunca que Putin repita el patrón de la invasión de Crimea de 2014. Tanto es así que Estados Unidos ha filtrado un supuesto plan ruso para un inminente ataque aéreo a Ucrania, una información a la que el ministro José Manuel Albares daba credibilidad esta mañana. Por su parte, Kiev ha dejado claro que no va a renunciar a lo que tanto preocupa a Putin, su ingreso en la OTAN.
Este tenso tablero geopolítico amenaza con desestabilizar aún más los mercados internacionales de energía. Con Rusia como principal proveedor de gas natural de Europa, el miedo a posibles sanciones y cortes de suministro han hecho dispararse hoy — como ya venía ocurriendo en las últimas semanas — los precios del gas natural y del petróleo. Mientras que ese “ataque inminente” de Rusia sobre Ucrania advertido desde la Casa Blanca ha propulsado el precio del petróleo a niveles desconocidos desde 2014, con el barril de Brent llegando a cotizar por encima de los 96 dólares el barril —un importe un 30% más elevado que el que ese mismo crudo tenía cuando el 16 de diciembre la Unión Europea advirtió al Kremlin que pondría en marcha “enormes sanciones” si invadía Ucrania —, los futuros del gas natural se han llegado a disparar un 10% en un solo día. Incrementos de precios que, si bien no recaen directamente sobre el consumidor, sí se dejan notar en productos como la electricidad o la gasolina. Los carburantes, por ejemplo, están marcando máximos históricos: la gasolina de 95 de media se paga a 1,58 euros el litro en Península y Baleares, según el geoportal de hidrocarburos del Ministerio de Transición, y el gasóleo, a 1,46. Un 26% y un 29% más respectivamente que hace un año. Precios que, señalan los expertos, que podrían dispararse aún más si finalmente se consuma ese ataque sobre Ucrania.
“Aunque España no importa demasiado gas de Rusia, pero sí bastante petróleo — de gas por ejemplo es por debajo del 10%— , eso no implica que vayamos a tener problemas de suministro. España no suele quedar sin gas porque haya un problema con Rusia, pero evidentemente repercute en precios, porque si sube el precio del gas en Europa y en el mundo porque hay un problema con Rusia... pues España tendrá que pagar también esa factura de suministro. Aparte de eso tenemos los efectos macroeconómicos sobre los precios, sobre el coste que va a tener en el crecimiento económico en un momento de recuperación, etc. Más allá de eso va a depender todo mucho de cuál sea, en caso de que lo vaya, el nivel de interrupción de suministro. No tiene porqué haber interrupciones serias. No creo que Rusia tenga interés en interrumpir sus contratos a largo plazo” explica en Hora 25 de los Negocios Gonzalo Escribano director del Programa de Energía y Clima del Real Instituto Elcano.