Un paso más hacia el mercadillo dominical de Santa Catalina
Ya hay un borrador de las bases que regula el tipo de productos y la estética de este proyecto
El Ayuntamiento de Aranda ya dispone de un borrador de las bases que regirán el mercadillo semanal de los domingos, una actividad en proyecto, que podría ser realidad esta primavera o verano.
La venta de productos está estructurada en tres categorías diferentes, asignándole a cada una un porcentaje de ocupación. El mayoritario es el de artículos de confección, calzados, marroquinería (que no sea artesanal), bisutería y complementos en general, que podrá ocupar un 45% del espacio disponible. Hay un 35% para puestos de fruta, verdura, planta y flores, productos de la tierra, frutos secos, encurtidos, donde tienen preferencia los productos autóctonos, con el fin de fomentar una producción sostenible y ecológica. Y el 20% restante está reservado a artesanía en sus distintas formas (cerámica, pintura artística, escultura, barro, vidrio, tallas, forjas, mimbre, cuero artesanal, o cualquier otro objeto de fabricación artesanal), permitiéndose también la venta de sellos, monedas, antigüedades y libros. Por cada categoría de productos se dejara un puesto para vendedores ocasionales de temporada.
En cuanto a la estética, este borrador de las bases establece que los toldos de los puestos para guardar homogeneidad serán con franjas de 10 centímetros con los colores de la bandera de Aranda, rayas de color blanco y azul celeste, estando obligados los adjudicatarios a adquirirlos.
Por otra parte, Con el fin de promocionar el mercado y atraer a nuevos vendedores la Asociación de Comerciantes de Santa Catalina, donde está prevista su ubicación, dispondrá de dos puestos no sujetos al pago de tasa. Será obligación de este colectivo comprobar el cumplimiento de los requisitos establecidos en el pliego para la venta ambulante. El tipo de productos a que se destinen estos puestos debe ser variable y rotativo para lograr el objetivo de dinamizar el mercado.
La asociación de comerciantes del barrio y el colectivo de feriantes tienen un plazo de un par de semanas para estudiar estas bases y poder hacer sus aportaciones antes de su aprobación. La concejal responsable del área, Olga Maderuelo, entiende que al no implicar una modificación sustancial de la normativa el proceso no debería prolongarse mucho tiempo.