Urbanismo feminista
Firma de opinión de la periodista Lola Jiménez para Hoy por Hoy Córdoba
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Urbanismo feminista. Firma de opinión de Lola Jiménez. Hoy por Hoy Córdoba
Córdoba
“Míralas, ¿aquí también se van a colar éstas?”, se preguntaba un alto directivo cuando vio entrar a la primera ministra de Igualdad de la historia de España, con sus asesoras, en la Bolsa de Madrid.
“Lo siguiente será bajar a San Rafael de su peana y poner a una muchacha haciendo toples”, ironizaba un ingeniero agrónomo desde el puente romano de Córdoba.
He reflexionado sobre este alto grado de irreverencia, burla, desprecio y desconocimiento ante el urbanismo feminista. La conclusión es obvia, no se trata del propósito, se trata de la forma de nombrarlo. Aparece el término feminista y con ello, una vez más, se abre la caja de Pandora, demostrando que aún no se ha entendido que exhibir nuestros senos en una rotonda no supone ninguna forma de compensar la balanza.
El urbanismo feminista habla de igualdad a la hora de vivir las ciudades, ajustando lo que no es justo. Y pongo un ejemplo muy gráfico. En Córdoba, el callejero solo dedica el 20% de las calles con nombre de persona a mujeres. Algo que, por otra parte, debemos agradecer a la sensibilidad y coraje de asociaciones y políticas comprometidas que lo han peleado a fondo.
Y aunque sé que a ninguna nos obsesiona que una calle lleve nuestro nombre, sí me parece doloroso que las mujeres estemos infrarrepresentadas y hasta vetadas en algunos lugares de nuestras ciudades. ¿O no es eso lo que queremos decir cuando nos preguntamos: ¿Y a ella cómo se lo ocurrió ir por ahí a esas horas??
El urbanismo feminista quiere que aceleres el paso porque llevas prisa, pero no por miedo. Su propósito es llenar de luz nuestros caminos, en el sentido literal y también en el figurado. Sin lugares prohibidos, como pretendía el alto ejecutivo en la Bolsa de Madrid. Sin descampados que no valen como atajo si vistes falda y tacones incompatibles con la huida.
A quienes menguan la grandeza de lo cómico a base de desmesura, explicarles que no se trata de crear zonas verdes destinadas a los pulmones de los mujeres en exclusiva, sino de construir ciudades que ofrezcan las mismas oportunidades a todas las personas que se esfuerzan por conseguir unas alas propias.




