Bulos y mitos relacionados con la epilepsia
Este año, el Día Internacional de la Epilepsia tuvo lugar el pasado lunes 14 de febrero. El objetivo de esta fecha es concienciar a la ciudadanía sobre esta patología que sufren alrededor de 50 millones de personas en todo mundo, y que, en España, según los datos de la Sociedad Española de Neurología, afecta alrededor de unas 400.000 personas, lo que lo que la convierte en uno de los trastornos neurológicos más comunes y, a su vez, más discriminados. Lo explica el médico Ricardo Reolid en Desmontando bulos
#DesmontandoBulos | Los mitos en torno a la epilepsia
La epilepsia es una enfermedad neurológica, no mental
Una de las falsas creencias sobre la epilepsia es que las personas que la padecen tienen problemas de salud mental y son potencialmente violentas con los demás, según indica un artículo publicado por Cambridge University Press.
La epilepsia no es una enfermedad mental. Se trata de una enfermedad neurológica, caracterizada por episodios bruscos recurrentes producidos por una descarga eléctrica anómala en alguna zona del cerebro
Debido a esas descargas, se producen una serie de manifestaciones de movimiento o bien otras síntomas como pueden ser trastornos del comportamiento o perdida de conocimiento.
¿Todas las convulsiones son iguales?
No todas las convulsiones no son de la misma gravedad ni se manifiestan igual .
Podríamos diferenciar entre los diferentes tipos de crisis epilépticas. Tendríamos las crisis focales, cuando su origen viene por una descarga producida en un única zona del cerebro.
Y por otro lado, crisis generalizadas, cuando la descargas se producen en varias zonas del cerebro simultáneamente.
¿Qué factores de riesgo pueden desencadenar una crisis epiléptica?
Dentro de los posibles factores de riesgo que predisponen a padecer estas crisis epilépticas estarían aquellos pacientes que durante el parto, sufrieron complicaciones y se produjeron complicaciones con falta de oxígeno que pudieran ocasionar hipoxia cerebral, o bien aquellos que han sufrido lesiones cerebrales secundarias a un ictus, un traumatismo craneoencefalico o un tumor cerebral.
¿La epilepsia es contagiosa?
Este es un bulo muy extendido según la organización Médicos Sin Fronteras y que también ha sido recogido en un artículo publicado en la revista Culture, Medicine and Psychiatry
En muchos países subdesarrollados, se sigue teniendo la creencia de que epilepsia es una enfermedad contagiosa y que se propaga a través de la saliva de los enfermos que expulsan durante las crisis epilépticas.
Por eso, en estos países, muchas personas no coman, beban ni duerman en la misma habitación que una persona epiléptica ni la toquen durante una crisis.
Respecto al posible origen hereditario, si que es cierto que existe un componente hereditario en algunos tipos de epilepsias, como en muchas otras enfermedades como hemos repasado en programas anteriores,
Pero hay que reafirmar, que la epilepsia no es contagiosa.
¿Todas las personas con epilepsia deben evitar las luces parpadeantes?
Si es cierto que algunos tipos de pacientes sufren fotosensibilidad que provoca que se puedan desencadenarse las crisis epilépticas, pero esto no ocurre en todos los tipos de epilepsias y pacientes, sino en las conocidas como epilepsias reflejas.
Las crisis de la epilepsia fotosensible se originan principalmente como consecuencia a estímulos visuales, principalmente luces intermitentes rojas.
Según la Sociedad de Epilepsia de Reino Unido, solo un 3% de las personas con epilepsia pueden verse afectadas por luces intermitentes. Este tipo de epilepsia si tiene un componente hereditario y no es la más común de todos los tipos, pero a finales de los 90 se hizo famosa por un evento en Japón, cuando 700 niños sufrieron crisis epilépticas mientras veían en la televisión un capítulo de Pokémon”,
¿Es para toda la vida susceptibilidad?
Aunque existen personas que padecerán epilepsia fotosensible de por vida, en algunos pacientes esa susceptibilidad puede llegar a desaparecer.
Dentro de los principales factores de riesgo que pueden desencadenar una crisis estarían el mal cumplimiento del tratamiento anticonvulsivo, el consumo de tóxicos o el mal descanso nocturno.
¿Cómo actuar durante una crisis epiléptica?
Existen muchos mitos sobre qué hay que hacer ante una crisis epiléptica, aunque dentro de ellos, el principal y más extendido sería el de la necesidad de colocar un objeto en la boca del paciente para evitar que se ahogue con su lengua, y el de evitar que el paciente convulsione interrumpiéndole.
Lo fundamental, aunque suele ser lo más difícil, es la necesidad de mantener la calma. El paciente probablemente no tendrá consciencia, por lo que debemos de intentar ayudarle a minimizar los posibles efectos secundarios de la convulsión y protegerle hasta que la crisis ceda y recupere la consciencia.
¿Qué hacer?
Dentro de ese soporte al paciente, es importante, evitar que el paciente pueda golpearse durante las crisis con objetos cortantes o contundentes. Para ello, sería recomendable:
- Retirarle las gafas, bufandas o pañuelos si es que los lleva
- Buscar una superficie mullida, como una chaqueta doblada, donde apoyar la cabeza
- Evitar detener o sujetar al paciente durante la crisis
¿Cuando acudir a urgencias?
Cuando se trate de un primer episodio, para intentar averiguar la causa, o bien cuando en un paciente epiléptico, la crisis es de características diferentes a las habituales, se encadena una crisis detrás de la otra o dura más de cinco minutos, sí que es preciso la atención sanitaria.
No obstante, lo fundamental es vigilar los signos de alarma, que se traducen en saber detectar situaciones de una potencial parada cardiorrespiratoria.
¿La lengua se traga?
Continuando con el bulo anterior, y por eso explicando que no hay que introducir los dedos en la boca de un paciente epiléptico, la lengua no se traga. Es por ello que dentro de la atonía que pueda existir tras la relajación postcrisis, lo más adecuado es colocar al paciente en la conocida como posición de seguridad, lo que haría que la lengua deje de realizar una posible obstrucción parcial de esa vía aérea por la relajación y además evitaríamos que se pueda producir una broncoaspiración en caso de un posible vómito posterior.
Puntos clave:
- No todas las crisis epilépticas son iguales
- En tratamiento de soporte a un paciente epiléptico y mantener la calma para auxiliarle es el pilar de la atención
- En el paciente epiléptico, el cumplimiento terapéutico, el buen descanso nocturno y la abstinencia de tóxicos incluyendo el alcohol son fundamentales