"Entras al grupo sabiendo que los otros son el enemigo, pero nadie sabe decirte por qué": Mariah Oliver, exmiembro de una banda juvenil e investigadora
"En Madrid hay entre 500 y 700 chavales que pertenecen a estas bandas, pero es un número muy variable", explica la investigadora del proyecto Transgang
Las entrevistas de Aimar | Mariah Oliver, exmiembro de una banda juvenil e investigadora
Madrid
Ha pasado semana y media desde que un chico de 15 años murió de un machetazo en pleno centro de Madrid, al lado de la estación de Atocha y a las puertas de una discoteca. Ha pasado semana y media y aún no hay detenidos por este crimen que, según la investigación, se produjo en el marco de una reyerta entre dos de las bandas más poderosas en la Comunidad: los Trinitarios y los Dominican Don’t Play. A esta última banda pertenecían además los dos detenidos por otro crimen que se produjo esa misma noche, en otro punto de Madrid: un chaval, de 25, murió asesinado, también a machetazos.
Mariah Oliver, exmiembro de una banda juvenil e investigadora
¿Qué está pasando? ¿Estamos asistiendo a una eclosión de este tipo de bandas?
En Hora 25 se lo hemos preguntado a Mariah Oliver, investigadora del proyecto ‘TRANSGANG’ de la Universidad Pompeu Fabra, que estudia las bandas juveniles en 12 ciudades del mundo, incluyendo Madrid y Barcelona. Y reconoce que “estamos asistiendo a una situación que se va volviendo más violenta”, con integrantes de bandas que “son más visibles”. Calcula que en Madrid, “alrededor de 500-700 chavales forman parte de estas bandas juveniles, pero es un número muy variable". “No hay un censo”, dice, aunque sí asegura que “muchos son jóvenes españoles, de ascendencia española, y del norte de África”. Jóvenes que, por lo que sea, “encuentran su lugar de pertenencia en estos grupos”.
Saben que los otros son el enemigo, pero no saben por qué
Sobre el funcionamiento de estas bandas, asegura Oliver que “hace 20 años, teníamos la idea de que funcionaban de forma piramidal pero ahora están mucho más atomizadas”. Pone el ejemplo de Madrid y dice que los integrantes de una banda en un barrio concreto responden a una estructura de esa zona y los de otra zona, aunque sean de la misma banda, tienen otra estructura, con otra persona liderando.
Más información
En lo que sí coinciden es en que los miembros de estos grupos “están preparados para llevar cualquier enfrentamiento a sus últimas consecuencias”. Y eso pese a que no saben el origen de los conflictos, por qué la otra banda es su enemiga. “Como ahora entran muy jóvenes a estas bandas -a los 11 o 12 años, según Oliver- los chavales se construyen por oposición al otro. Conciben al otro como enemigo, pero nadie sabe decir por qué”. “Van heredando conflictos”, explica, y cuando hay una pelea “siempre empezaron los otros”. Asegura Oliver que, cuando pensamos en pandillas, pensamos en grupos enormes, “pero se reduce a algo más nuclear”, el grupo de amigos. Por eso, “si tocan a alguien cercano tengo que responder”.
Además, sobre la propuesta de los sindicatos policiales que piden que para comprar machetes haya que presentar certificado de penales, Oliver asegura que “habrá que buscar cualquier herramienta para que no tengan acceso” a ese tipo de armas. Pero dice que le preocupa más “el proceso mental de esos jóvenes que no son monstruos”. “Yo lo que quiero es que a un joven no se le ocurra” coger un arma. Y termina: “se ha matado a jóvenes con una navaja de mariposa”.
"Una bofetada de realidad”
En su trabajo en institutos, Oliver asegura que se ha encontrado “una bofetada de realidad” al ver a chicos de 11, 12, 13 años, que “están deseando entrar” a estas bandas y que, al entrar, “se aíslan de todo lo demás”. Son jóvenes mucho más maleables y que, por su corta edad, resultan también útiles para los líderes. “Yo a los chicos siempre les pregunto si ellos van al parque a jugar con los niños de 5 años. Y les digo: ‘¿qué piensas que hace un señor de 20 años viniendo a buscarte a ti?’. Pero reconoce que “es muy fácil convencerles” de que entren a una banda “porque a cambio les dan mucha atención”.
Antigua ‘Madrina’ de los Latin King
La voz de Oliver está especialmente autorizada para hablar de estas bandas porque fue una de las fundadoras de los Latin King en Madrid, en el año 2000. Reconoce que le atrajo mucho “el discurso de querer ayudar”. “Yo veía como a esos jóvenes les insultaban diciéndoles ‘panchitos’ y les pegaban en la discoteca”, recuerda. “Este discurso de lucha antirracista y de tratar de salir adelante, a mí me convenció. Compré el discurso de ‘me estoy defendiendo’”. Llegó a ser la Madrina de la organización (la primera mujer en integrarla y con mando sobre las demás) y en 2006 la detuvieron. De hecho, cumplió 24 años en la cárcel. La condenaron por asociación ilícita y aunque asegura que nunca ejerció la violencia, reconoce que no hizo nada para detener los episodios violentos que vivió entonces.
Ayuso a Monasterio: "Los miembros de las bandas son tan españoles como Abascal, usted o yo"
Isabel Villar
Periodista del programa Hora 25 de la Cadena...