Linda Evangelista reaparece cinco años después de que una cirugía estética la dejase "brutalmente desfigurada"

MADRID

Linda Evangelista fue, durante años, una de las top model más cotizadas en las pasarelas y, por lo tanto, también una de las mujeres más fotografiadas del planeta. Pero hace cinco años se sometió a una serie de intervenciones estéticas que la dejaron "brutalmente desfigurada". Una situación que la ha mantenido recluida durante todo este tiempo y a la que ahora ha decidido poner fin con una entrevista exclusiva concedida a la revista People.

La exmodelo ha demandado a la empresa CoolSculpting —una empresa autorizada a aplicar la técnica de la "congelación de la grasa", que suele explicarse como una alternativa no invasiva a la liposucción— por las secuelas que ha sufrido tras las siete sesiones de tratamiento recibidas entre agosto de 2015 y febrero de 2016. Evangelista reclama 50 millones de dólares y argumenta que no ha podido trabajar en todos estos años.

"Me encantaba estar en la pasarela. Ahora me da miedo encontrarme con alguien a quien conozca", asegura en la entrevista, visiblemente emocionada. "No puedo seguir viviendo así, escondida y avergonzada. No podía seguir soportando ese dolor y estoy dispuesta a hablar".

Las primeras imágenes que se publican de la supermodelo en un lustro muestran deformaciones en algunas partes de su cuerpo. Según ha contado, tres meses después de empezar con el tratamiento empezó a notar bultos en el pecho, las axilas o la barbilla, y su primera reacción fue pensar que la culpa era suya, por lo que dejó de comer. "Se me estaba yendo la cabeza", relata.

La modelo acudió a un cirujano que le diagnosticó "hiperplasia adiposa paradójica", una rara complicación descrita en menos del 1% de los casos de "congelación de la grasa" que provoca justo lo contrario de lo que se buscaba inicialmente: un aumento del volumen corporal.

CoolSculpting asegura que la modelo aceptó los riesgos del tratamiento, pero le ofreció costear un tratamiento de liposucción con el objetivo de reparar los daños. Y ella aceptó, pero las operaciones no subsanaron el problema.

"¿Por qué sentimos la necesidad de hacerle estas cosas [a nuestros cuerpos]? Siempre supe que envejecería, pero jamás pensé que me vería así", asegura la exmodelo canadiense. “Ahora no me miro al espejo porque no me reconozco físicamente, pero tampoco me reconozco como persona".