Víctimas

Pamplona

Crónica gráfica de la pandemia en Navarra. Así se titula el trabajo que presentaron ya hace varias semanas la Asociación de Reporteros Gráficos de Navarra. Los foteros, y foteras, como les llamamos en esta profesión nuestra de contar las cosas. Lo tengo encima de la mesa y hojearlo es todo un ejercicio de memoria de lo que ha pasado en estos dos años de darle mil vueltas al coronavirus aquel del que empezamos a hablar como algo lejano en enero de 2020 y que lo impregna todo hoy todavía.

De las imágenes que más guardamos en nuestra retina de ese libro, seguramente esté la del abuelo de Unai Beroiz tras un cristal como la más icónica, pero si hacemos un recuento, no hay un sólo capítulo sin foto de aplausos.

Los aplausos que reivindican ahora todos los sindicatos que respaldan la manifestación de este viernes para pedir más recursos para una sanidad pública que sale como se ha podido de esta pandemia.

Lo bueno de la pandemia, para los responsables políticos es precisamente la primera parte, el pan, todo en griego. Como pasa en todas partes es difícil hacerlo o muy mal o muy bien. Pero cuando la pandemia se va tornando a endemia, llegan las primeras víctimas.

Gerente de atención primaria que deja el banquillo con elogios, como suele ocurrir con los entrenadores cuando el balón no entra en la red. Gobierno que hereda problemas endémicos de un sistema que fue modélico pero al que los recortes primero y la falta de soluciones después deja esa tarea pendiente. Gobierno Chivite que no es el único culpable, pero a día de hoy sí es el único que tiene soluciones en su mano.