Hoy por Hoy TenerifeHoy por Hoy Tenerife
Historia

La antigua moneda de Canarias

Cada semana, en Hoy por Hoy Tenerife, Miguel Ángel Clavijo bucea junto a Juan Carlos Castañeda en los anales de la historia del Archipiélago en 'Crónicas canarias'

Crónicas Canarias 18 Febrero

24:12

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1645193867722/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Santa Cruz de Tenerife

El espacio de esta semana va de cuartos. Y no solo de cuartos, sino también de reales, ceutíes y tostones. El invitado que esta semana comparte micrófonos con Juan Carlos Castañeda y Miguel Ángel Clavijo en Crónicas Canarias es Eduardo Almenara González, un prestigioso numismático que acerca a nuestros oyentes al parné que corría por las calles de San Cristóbal de La Laguna hace cinco siglos.

Lo primero que llama la atención es que el sistema monetario del Archipiélago iba por libre. Era por completo independiente del que se usaba en el reino de Castilla. De hecho, el hecho de que no lo fuese era totalmente intencionado. Las autoridades buscaban un modo de evitar que el dinero se drenase fuera de las Islas en vista de que había que importar la mayor parte de los bienes de fuera. Por otra parte, en el Archipiélago nunca hubo una ceca (aunque algunos estudiosos plantean que si pudo llegar a existir).

Por todos estos motivos, a lo largo del siglo XVI se llegó a consolidar una moneda provincial de Canarias, que se componía de tipos de piezas que ya habían sido repudiadas en Castilla. Entre estas monedas, que nada tenían que ver con el circulante castellano, la más pequeña era el ceutí, de cobre. También el cuarto, acuñado en Santo Domingo. En plata, en el comercio de la Canarias de aquellos años se contaba con los reales de los Reyes Católicos, que en las Islas terminaron llamándose bambas. Además, las transacciones podían pagarse empleando tostones portugueses.

Paralelamente a todas estas piezas en metal, en los primeros años de la Conquista, según consta en las actas del Cabildo, se asignó un valor monetario al azúcar. De esta manera, era obligatorio que los abonos pudieran efectuarse con esta sustancia, como si fuera un circulante como cualquier otro.

Los cabildos lucharon siempre para contar con una moneda propia, y de hecho, pagaban a los mercaderes extranjeros para que trajesen las diferentes piezas extranjeras que luego acabarían empleándose. Era necesario, no obstante, guardar un equilibrio delicado, ya que cuando se trataba de piezas de un valor considerable, como el tostón portugués, de plata, tenían que importarse con moderación y de forma controlada. Y el único modo que tenían de certificar que la moneda que circulaba era la que los cabildos importaban era poniéndole una marca. Esa era nuestra acuñación; el resello.

Estas marcas eran diferentes para Tenerife, Gran Canaria y La Palma. Incluso hubo varios por isla. En Tenerife, el más conocido tomaba la forma del Teide.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00