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'La hija oscura' y el relato de la mala madre

Maggie Gyllenhaal debuta como directora con la adaptación de una novela de Elena Ferrante y una brillante Olivia Colman

THE LOST DAUGHTER: OLIVIA COLMAN as LEDA. CR: YANNIS DRAKOULIDIS/NETFLIX © 2021. / YANNIS DRAKOULIDIS/NETFLIX © 2021.

Madrid

Una mujer llega a una playa y se tumba a observar su entorno. Vislumbra las distintas familias que veranean en la costa y al cabo de un rato repara en dos personas, una joven y una niña. Son madre e hija. Los movimientos, los diálogos, las acciones, las diferentes secuencias que van a vivir le sirven a la mujer protagonista para recordar un pasado. Un pasado no muy lejano, del que reconoce en otros momentos no acordarse a la perfección.

Olivia Colman interpreta al personaje principal de 'La hija oscura', la primera película dirigida por Maggie Gyllenhaal, adaptación de la novela homónima de Elena Ferrante. En esta historia conocemos el punto de vista de Leda Carruso, una mujer de 48 años, madre de dos veinteañeras y profesora de universidad que decide pasar sus vacaciones en la isla griega de Spetses. Allí es donde se encuentra con la jovencísima Nina, una Dakota Johnson que no llega a los treinta y que pasa las tardes en esa cala con la pequeña Elena, su hija. La relación entre Nina y Elena es lo que despierta en Leda sentimientos oscuros, recuerdos complicados que nos desvelan la intención de este guion: desafiar el concepto de la buena madre. Tanto en la novela como en la película esta es la principal idea, replantearnos la construcción de esta identidad a través de la culpa, del error o del ahogamiento que en ocasiones supone ser madre.

Esta realidad se representa gracias al personaje de Jessie Buckley, nominada junto a Colman en los próximos Premios Oscar. La joven Leda que aparece en los recuerdos de Colman y a través de la cual conocemos su propio proceso de maternidad: flashbacks que articulan la historia y que funcionan como pequeños relatos independientes,  como fragmentos de una vida, a ratos insatisfactoria, que se vuelca en el cuidado y en la conciliación. La Leda de Buckley, que al igual que Nina también es una madre muy joven, intenta desarrollar una carrera intelectual paralelamente a la crianza de las niñas. Es precisamente esa imposibilidad de prosperar en lo profesional y el affaire que tiene un otro traductor lo que le lleva a abandonar a sus dos hijas con su padre y a desaparecer durante tres años.

En las páginas de Ferrante y en los diálogos de la protagonista se habla de una emoción atípica, la de liberación ante la ausencia de los hijos. De hecho, la propia Leda, en palabras de Colman, enuncia una de las sentencias cruciales de la película: "Los hijos son una responsabilidad aplastante". La sensación de aplastamiento es algo común en la maternidad y sin embargo no siempre tiene cabida en las ficciones audiovisuales. Esa falta de representación fue lo que llevó a la directora a inmiscuirse en este proyecto: "Tuve una experiencia tremenda leyéndola", explicaba Gyllenhaal en el pasado Festival de Venecia. Pensé que esa mujer estaba muy jodida. Luego empecé a pensar que yo conectaba con ella y que quizá estaba igual de jodida. Eso o que en realidad era una experiencia similar a la que sufre mucha gente aunque no hablemos de ella. Esa verdad secreta de los libros sobre la experiencia femenina en el mundo me llevó a pensar si me lanzaba a salir de mi habitación donde estaba tranquilamente leyendo y hacia una película y la compartía con todos", matiza.

Todas las interpretaciones brillan en pantalla y se acompañan de una preciosa dirección de fotografía a manos de Hélène Louvart, conocida por sus trabajos en 'Lazzaro feliz' (Alice Rohrwacher, 2018) o 'Petra' (Jaime Rosales, 2018). En 'La hija oscura' Louvart ha creado una imagen sencilla y despojada de artificios donde las secuencias que persiguen a Colman logran generar en el espectador numerosas situaciones de empatía y a la vez de desconcierto. Un personaje al que la culpa le persigue y con el que Gyllenhaal nos permite ver que incluso las madres pueden equivocarse. "Todo el mundo quiere ser un personaje, pero todos somos alguien más que ese personaje. Hay algo más detrás", afirma Colman. "Eso era algo bonito para mí y luego había algo interesante y es que Leda hace cosas horribles a veces, pero cosas que te hacen pensar: "¿Yo las haría?" Eso es lo que me intrigó del personaje".