Un Valencia que no carbura en Liga recibe al Barça y a Mateo Alemany
El equipo de Bordalás acumula dos meses sin ganar en Liga; dos recibimientos especiales: Ferran Torres y el arquitecto del último Valencia campeón

Anil Murthy, Peter Lim y Mateo Alemany. / Instagram

Valencia
Nueva reválida para un Valencia que ha confiado todos sus esfuerzos y sueños a la Copa del Rey, olvidándose de hacer los deberes en la Liga. Así lo demuestran sus malos números en la competición doméstica, donde acumula dos meses sin ganar. La última vez fue en el vecino estadio de Orriols todavía en 2021. Desde aquel 20 de diciembre, cuatro derrotas y dos empates en Liga, Copa aparte. Y esta mala racha ha provocado que las aspiraciones de jugar competición europea más tengan que ver con la vía sueño copero que con la Liga. De hecho, el propio Bordalás, que en más de un momento ha amagado con lo de "engancharse a los puestos europeos", prefiera ya no hablar de este objetivo en sala de prensa.
Y ahora se le presenta una prueba de fuego siempre complicada: el Barça. Siempre. Pese a que no esté en su mejor momento y, reconocido por su entrenador, haya bajado su listón de objetivos a buscar la cuarta plaza. En Can Barça ahora mismo consideran que acabar en esa posición por la que pugnan con equipos como el Atlético, el Villarreal o el Real Betis si se cae. Y así se presenta en Mestalla un equipo con muchas necesidades y con dos atractivos para la afición valencianista: uno sobre el césped y el otro en el palco.
Vuelve Ferran Torres, una de las joyas más preciadas que ha dado Paterna en los últimos tiempos, que ha dejado una buena cantidad de dinero en la caja pero un recuerdo agridulce entre la parroquia de Mestalla, donde no acabó de sentar muy bien su pronta marcha, sin haberse consolidado en el Valencia, tras un proceso de renovación truculento. Todo apunta a que el joven jugador de Foios no tendrá un recibimiento tan cálido como Mateo Alemany. El mejor gestor que se recuerda en el Valencia en los últimos tiempos salió por la puerta de atrás después de que entre Lim y Murthy tomasen la repentina decisión de prescindir del arquitecto del último Valenica campeón; una daga al corazón del valencianismo que se había vuelto a ilusionar con la dupla Mateo-Marcelino ganando títulos, jugando la Champions y haciéndose un fijo en una zona de la tabla en la que ahora, tres años después, no tiene asegurada su presencia ni el propio Barça.
Para intentar que la ovación a Mateo sea la única alegría que se lleve el Barça de Mestalla, Bordalás sigue enfrascado en la ardua tarea de cerrar el grifo de goles encajados, al mismo tiempo que sigue amoldando en el equipo a las nuevas herramientas que le ha traído el club en enero. De hecho, dos de estos tres fichajes -Bryan Gil y Moriba- apuntan a titulares en un partido en el que Bordalás tendrá dos bajas por lesión: el recién operado Cillessen y el portugués Thierry Rendall, que sufre un esguince de rodilla que le va a tener en el dique seco como mínimo tres semanas, ocupando el lugar en la enfermería que ya ha abandonado definitivamente Gabriel Paulista. Casi cuatro meses después (cayó lesionado el 30 de octubre ante el Villarreal), el hispano-brasileño está de vuelta. Ha trabajado con normalidad durante toda la semana -acompañando a Alderete en la teórica defensa titular con la que ha probado dos días el entrenador- y sólo la prudencia para evitar una recaída hará que, en principio, arranque el partido desde el banquillo. El resto de lo probado encaja perfectamente con un once más que posible: con Mamardashvili, Foulquier, Diakhaby, Alderete, Gayà, Guillamón, Moriba, Soler, Bryan Gil, Guedes y Hugo Duro.
Enfrente, un Barça que, como el Valencia, tampoco acaba de carburar con un técnico que tampoco acaba de dar con la tecla de la regularidad, capaz de disparar la ilusión goleando al Atlético de Madrid pero después encadenar dos empates, dejando dudas, ante el Espanyol y el Nápoles. Además, llega el Barça mermado en defensa por las bajas por sanción de Piqué y Alves y con Araújo muy justo físicamente. Y con dudas arriba por la efectividad de Ferran Torres. El valenciano, además de ser protagonista por el regreso a la que fue su casa prácticamente desde que nació, está en boca de la afición culé por la falta de efectividad que le ha acompañado desde que aterrizó en el Camp Nou en Navidad. Tal es su frustración que el jueves ante el Nápoles se le escaparon incluso algunas lágrimas, después de anotar el gol del empate desde el punto de penalti. Esperemos que sea más adelante cuando se le seque la pólvora y no en su querido Mestalla.

Chimo Masmano
Redactor de Deportes en Radio Valencia




