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La primera película que abordó en España la identidad de género

Se cumplen 50 años del estreno de Mi querida señorita, dirigida por Jaime de Armiñán y con José Luis López Vázquez como protagonista

José Luis López Vázquez y Julieta Serrano durante el rodaje de 'Mi querida señorita'.

Fue la película española más taquillera de 1972. Casi dos millones de españoles acudieron a las salas a ver Mi querida señorita, atraídos por el morbo de ver al popularísimo José Luis López Vázquez caracterizado como una mujer. Pero superada la sorpresa de ver al actor como una señora, lo que el espectador se encontraba era una historia seria y muy sentida sobre la inadaptación y la soledad.

Jaime de Armiñán y José Luis Borau escribieron a medias el guion que se alejaba completamente del cine popular del que ellos venían y que abordaba una historia muy arriesgada para su tiempo. Una historia sobre un conflicto de identidad de género. “¿Quién puede ser doña Adela?”, se preguntaba Jaime de Armiñán. “Alguien que el publico se lo crea”, se respondía. “Alguien que sea un actor dramático, porque la historia es un drama, pero que al mismo tiempo tiene algo de cómica. Y entonces nos dijimos: José Luis López Vázquez”.

José Luis López Vázquez en Mi querida señorita

José Luis López Vázquez en Mi querida señorita

Y, efectivamente López Vázquez aceptó el encargo mientras Armiñán y Borau reescribían una y otra vez la historia para conseguir que la censura aprobara el guion. “Hicimos hasta siete versiones distintas de Mi querida señorita”·, recuerda Armiñán. El guion fue finalmente aprobado, pero poco antes de comenzar el rodaje se encontraron con que López Vázquez se echaba para atrás. No se atrevía a hacer una película vestido con falda, tacones y peluca. “Le entró miedo y 8 días antes del rodaje decidió que no iba a hacer Mi querida señorita. Y si él no la hacía, era imposible rodar la película porque ya no se podía cambiar. Pasados tres o cuatro días José Luis cambio de opinión y nos llamaba por teléfono, pero entonces éramos nosotros los que no nos poníamos al teléfono”, dice Jaime de Armiñán. Para acabar de animarle, Armiñán le pidió que se vistiera como el personaje y que fuera con él a tomar un café a un bar. Cuando el camarero no le reconoció, el actor se convenció definitivamente de que aquella señora tan poco agraciada que veía en el espejo podía dar el pego.

Mi querida señorita cuenta la historia de una mujer de mediana edad que vive en una pequeña ciudad de provincias. Toda la vida ha creído que su soltería era producto de su fealdad hasta que un día un viejo amigo le propone matrimonio. Es entonces cuando decide enfrentarse a las dudas que la han acompañado desde siempre y viaja a Madrid para consultar con un médico. A partir de entonces decide asumir su verdadera identidad y comenzar una nueva vida lejos de su ciudad.

José Luis López Vázquez en una escena de Mi querida señorita

José Luis López Vázquez en una escena de Mi querida señorita

En 1972 el franquismo vivía sus últimos años, pero todavía estaba vigente algo que se ve claramente en la película: la férrea organización social, la represión sexual o el papel poco relevante reservado a la mujer en la sociedad. El cine español abordaba por primera vez un conflicto de identidad de género y lo hacía con gran delicadeza y respeto, con un López Vázquez que se alejaba del clásico papel histriónico y afectado que los personajes travestidos solían representar en las películas.

Borau y Armiñán consiguieron evitar la censura a base de sobriedad. Al final solo tuvieron que cortar un plano de una escena con Mónica Randall. “Era un momento en que López Vázquez se está desnudando; se quita los calcetines sin atreverse a mirar y por detrás está Mónica Randall, a unos 4 o 5 metros, que se quita el sostén y se le ve el pecho 5 segundos. Es el único plano que cortó la censura”, explica Armiñán.

Toda la película se basa en la fuerza interpretativa de José Luis López Vázquez que compuso uno de los papeles más hondos de su carrera. Y eso que, durante el rodaje, el actor no se sentía del todo confiado. “Se negaba a todo. No quería tocar el piano con sus manos porque decía que las manos tenían que ser de una mujer, no las suyas. Pero lo hizo todo divinamente", rememora Jaime de Armiñán. Además, estaba el problema de la barba. José Luis López Vázquez tenía una barba muy dura. Al llegar al rodaje le afeitaban a fondo, pero a las 4 o 5 horas ya le había vuelto a salir y había que afeitado otra vez.

José Luis López Vázquez en una escena de Mi querida señorita

José Luis López Vázquez en una escena de Mi querida señorita

Flanqueando a López Vázquez nos encontramos con un reparto muy competente de grandes secundarios. Julieta Serrano da vida a la criada de la "señorita" por la que ésta parece sentir algo más que afecto, todo ello contado con una gran sutileza. Antonio Ferrandis interpreta al viudo que le pide en matrimonio. Mónica Randall es la vecina de la pensión a la que el protagonista se va a vivir cuando adopta su nueva identidad, y Lola Gaos y una joven Chus Lampreave las dueñas de esa pensión.

Mi querida señorita fue un éxito inesperado de público y fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, Oscar que ese año ganaría Luis Buñuel con la producción francesa El discreto encanto de la burguesía. En Hollywood Armiñan conoció a Frank Capra, a Billy Wilder o a George Cukor que se deshicieron en elogios hacia la película y en especial hacia el trabajo de José Luis López Vázquez. “Cukor me dijo que nunca había visto una interpretación como ésa y que José Luis López Vázquez era el mejor actor del mundo", dice Armiñán Estaba tan entusiasmado con él que propuso al actor que se quedara en Hollywood para iniciar una carrera en el cine americano. Pero López Vázquez no aceptó y volvió a Madrid. Cukor al menos pudo darle un pequeño papel al año siguiente en su película Viajes con mi tía, protagonizada por Maggie Smith. Eso sí, López Vázquez rodó sus escenas en Madrid y en español.

Mi querida señorita se ha convertido en un clásico imprescindible de nuestro cine, una película adelantada a su época que cuenta además con uno de los mejores finales que se recuerdan en el cine español. No os lo contamos. Os animamos a que lo descubráis vosotros mismos viendo esta película que 50 años después de su estreno todavía emociona y nos hace pensar.