El Barça remonta y reina en la Copa
Los de Jasikevicius se llevan una final de baja anotación ante el Real Madrid con un buen Mirotic
El Barça se lleva la final de la Copa ACB ante el Real Madrid (59-64) tras remontar 16 puntos. Nikola Mirotic fue el jugador que más brilló en un encuentro marcado por el poco acierto en ataque y la brillantez de las defensas.
Los mejores momentos
No hay ninguna duda de que el Barcelona tiene la mejor plantilla de Europa, así como que la del Real Madrid tampoco está nada mal. Por ello, quizás suena raro poner a los de Laso como el David de esta final, pero el nivel de los de Jasikevicius es tal que solo pueden ser Goliat. El papel de no ser los favoritos, tan extraño a la hora de hablar del Madrid, solo queda mejor que el de favorito en la Copa ACB. A un único partido todo puede pasar, y así comenzaron haciendo valer el cliché los blancos con un parcial de 19-3 que consiguió maquillar el Barça con dos tiros libres para cerrar el primer cuarto.
Tras el duro golpe de realidad que recibió el Barça, por lo que Jasikevicius, animal competitivo, no se quedó de brazos cruzados. Pese a que no remontaron en el segundo cuarto, los culés consiguieron cortar la sangría de la primera mitad gracias a un buen ritmo anotador que no permitió al Madrid seguir mandando con tanta contundencia desde la defensa. Precisamente por este aspecto (o por el nulo acierto en ataque, depende de como se vea) era por lo que estaba brillando el partido, dejando porcentajes de acierto muy pobres en ambos conjuntos, destacando en lo negativo un 18% en triples entre madridistas y barcelonistas.
Con 11 puntos de diferencia (29-18 a favor del Madrid) en el marcador comenzó en una segunda parte que seguiría marcada por las defensas. Y, ante defensas cerradas, es donde deben aparecer los grandes jugadores. Por suerte para el Barça, pocos jugadores más grandes hay en Europa que Nikola Mirotic. A base del talento del ex-madridista, los de Jasikevicius fueron reduciendo la ventaja que les separaba del Madrid. Pese a ello, Laso estuvo rápido para corregir la sangría para mantener una ventaja de cinco puntos antes de comenzar el último y decisivo cuarto.
Poco le duró ese ajuste al Real Madrid. Jasikevicius, que llevaba todo el partido moviendo sus piezas para penetrar la defensa madridista, dio con la tecla y el Barça consiguió ponerse por delante por primera vez en todo el partido a siete minutos del final. El pabellón de Granada, que acompañó en todo momento, rugió como ocurría antes de la pandemia. La final esperada, esa en la que David y Goliat estarían igualados pese a su cartel, ya había llegado. Quizás fuese por el cansancio o por el golpe en lo moral que supone ir viendo como se va perdiendo una ventaja de dobles dígitos, pero lo que estaba claro es que el Madrid se había ido del partido ante un Barcelona cada vez más cómodo.
Pese a ello, si hay algo en lo que Madrid y Barça son iguales, es en que no basta con ganarles, sino que también hay que rematarles. Al trantrán, los de Laso consiguieron igualar la ventaja del Barça para dejar un último minuto de infarto. Ante las dudas que pudiesen surgir, Mirotic volvió a emerger para sacar unos tiros libres y volver a poner por delante a los suyos. Luego, de una forma que solo se podría explicar por el aura que emite el dl Barça, Deck falló una bandeja solo. Mirotic, quién si no, cogió el rebote y forzó otros tiros libres para cerrar el partido definitivamente. Así, como si no fuese con él y con poca gasolina en la reserva, el español guio la remontada del Barça ante un combativo Real Madrid que tuvo la Copa en sus manos durante los primeros compases de la final, agrandando la brecha entre ambos conjuntos y añadiendo otra victoria más para un Jasikevicius que le tiene cogida la medida al Real Madrid de Laso.