Tuchel: "No es momento de reírse de Lukaku"

Romelu Lukaku fue, por impacto y los desorbitados números de su fichaje, uno de los movimientos del pasado verano. El delantero, por aquel entonces en el Inter, venía de hacer una temporada que le aupaba como uno de los futbolistas del momento y ponía rumbo al Chelsea, el equipo que confió en él cuando era un adolescente y flamante ganador de la Champions. La mezcla parecía idónea por muchos motivos, pero poco tardó en torcerse todo tras un inicio fulgurante. El nivel de Lukaku fue disminuyendo, creando un caldo de cultivo que empeoró cuando aparecieron unas declaraciones suyas en las que hablaba de volver al Inter. Así, poco a poco, las voces críticas fueron tomando fuerza, poniendo al belga en el punto de mira.

Aun así, Thomas Tuchel, técnico de carácter fuerte, es el que más está haciendo por calmar los ánimos. Fue él quien hizo por apagar el fuego de la mencionada entrevista de Lukaku, y ahora vuelve para confirmar que está trabajando por encontrar una solución a las malas actuaciones de su delantero. "No es el momento de reírse de él, es nuestro jugador y lo protegeremos", explicaba el técnico alemán. "No sé qué hacer con este tema, pero tenemos que lidiar con ello. Los datos están ahí afuera y muestran que Lukaku no está en nuestro juego. Con los delanteros puede ser así cuando les falta confianza o dependiendo del juego", sentenciaba Tuchel.

El culebrón de Lukaku con el Chelsea

Cuando era tan solo un adolescente, el Chelsea lo fichó del Anderlecht con la esperanza de encontrar en él a su nuevo Didier Drogba. Las expectativas rápidamente se dieron de bruces contra la realidad de su inexperiencia, teniendo que acumular cesiones para ser útil para los suyos. Cuando ya parecía estar listo, un fallo suyo en la tanda de penaltis de la final de la Supercopa de Europa ante el Bayern de Munich en 2013 acabó siendo su sentencia, ya que poco después Mourinho le mandó al Everton con una cesión con opción de compra. Sus buenas actuaciones en Goodison Park con Roberto Martínez en el banquillo hicieron que subiese su estatus en la liga y que saliese oficialmente del Chelsea, aunque poco tardaría Lukaku en volver a estar ligado a su antiguo club.

En 2017, el delantero venía de firmar una gran temporada y su salida del Everton estaba clara. La duda era cual sería su próximo destino: Manchester United o el Chelsea. Antonio Conte, el por entonces entrenador Blue, quería al belga a toda costa, pero acabó optando por no volver a Stamford Bridge. Eligió marcharse a Old Trafford, donde se reencontró con Mourinho. Su primera temporada no fue mala, aunque no tan buena como se esperaba, tendencia que se mantuvo en la siguiente temporada antes de salir rumbo al Inter. Allí, tras mucho pelearlo, Conte consiguió reunirse con Lukaku para armar un Inter campeón, algo que consiguió en la pasada campaña. Tras la turbulenta salida del italiano y el consecuente final de su proyecto en Milán, volvió a ver como el Chelsea se volvía a cruzar en su camino. Y, aunque sonase bien en el pasado verano, una vez más le volvió a salir mal (al menos, por el momento) apostar por el conjunto londinense.