Feijóo va empujando a Casado y muchos le ven ya en Génova

Pablo Casado se resiste a las exigencias de un granítico núcleo de barones, con Feijóo a la cabeza, que le señalan la puerta de salida y le meten prisa para la convocatoria de un congreso. Pablo Casado va a convocar el congreso, pero con la calma, de momento convoca la junta directiva para la semana que viene, probablemente no sea el lunes como estaba previsto por coincidir con el Día de Andalucía, pero será al inicio de la semana que viene, junta directiva que decidirá sobre el congreso del partido. Antes, mañana, ha convocado a los barones.

Queda todavía una semana entera, una semana que puede ser todo un calvario para Casado, porque la vida siga y la vida es agenda, y en ella la sesión de control de mañana en el Congreso. La vida son declaraciones, y la vida es una agenda repleta para Ayuso que ya esta mañana se paseará de acto en acto. Casado confía medir en este tiempo las fuerzas que puede reunir en su entorno, pero cada vez da más sensación de soledad y de no encontrar la salida del túnel en el que se ha metido.

Alberto Núñez Feijóo, autoproclamado portavoz del núcleo duro de barones, quizás ya allanando el camino hacia su proclamación como nuevo líder popular, va empujando a Casado y en el partido son muchos los que le ven en la calle Génova. Pero queda un poquito todavía para esto, y de cuan largo o corto sea este poquito dependerá que el PP se vaya dejando todavía más jirones en esta crisis. Porque, en medio, además, en Castilla y León, otro de los barones que le abre la puerta a Casado, tendrá que decidir qué hace con la ultraderecha, aupada, todavía más, en las encuestas por la crisis de los populares.

Y capítulo aparte merece el alcalde de Madrid pero, sobre todo, portavoz nacional del Partido, José Luis Martínez-Almeida, desaparecido en combate desde su comparecencia del jueves para decir que nadie había espiado a nadie, porque se lo preguntó al espía y este le dijo que no. Almeida ni siquiera estuvo en la reunión de ayer y dicen que se está pensando dejar la portavocía del partido. Los dos cargos podrían haber sido una plataforma para el alcalde de la capital de España, ahora ser portavoz de un partido en crisis puede lastrarle en la alcaldía, con Vox al acecho, también ahí. Pero es que además la crisis parece que le ha pillado como fuera de juego tiene que elegir entre Ayuso o Casado, con la primera tiene una muy buena relación personal, al segundo se lo debe todo. Y, de momento, se esconde a esperar que dejen de caer cascotes.

Empieza el primer día de la semana clave para el PP. Todo puede pasar.