Una cirugía de vagina en directo, la obra más controvertida de ARCO 2022
La artista peruana Wynnie Mynerva muestra 'Cerrar para abrir', una grabación sobre la operación quirúrgica a la que se sometió para cerrar su vagina
ARCO no defrauda. La Feria de Arte Contemporáneo ha vuelto a su fecha habitual, el mes de febrero, después de la pandemia, en un evento que pretende reactivar de nuevo el mercado del arte y volver a las líneas que han definido la feria en las últimas ediciones. Un tradicional equilibrio que se mueve entre la presencia de obras de arte para grandes coleccionistas, como un Miró valorado en 2.000.000 de euros, artistas y galerías consolidados, como Juana de Aizpuru, la fundadora de ARCO, o la Marlborough, y obras polémicas o controvertidas. A todo esto, se suma la presencia de la nueva tendencia entre coleccionistas, los NFT. Cuatro en total hay este año en ARCO. Y en ese magma inaugura la feria, que ha vuelto a atraer al turismo extranjero.
Este año ARCO se ha volcado en el arte latinoamericano y entre los artistas participantes destaca la obra de Wynnie Mynerva, una joven peruana que ha presentado la obra más explícita y polémica de esta edición, Cerrar para abrir. Se trata de una videoinstalación en la que vemos una operación de cierre de vagina real. "No pudimos grabar todo porque el cirujano nos iba pidiendo que apagáramos la carta", explica a la SER la artista peruana Wynnie Mynerva. A sus 30 años decidió someterse a esta operación que no existía en la medicina. "Es como hacer carne mi deseo. Nunca me sentí en la idea de ser mujer ni hombre. Estuve en ese intermedio buscando mi sexualidad. Donde yo nací, hay muchas estructuras patriarcales donde el hombre es el que puede agredir y la mujer es la víctima de esa agresión. Eso siempre me causó extrañeza y repensar qué significaba para mí. En esto siento que me desvinculé de las dos opciones y una de las formas era esta".
La artista insiste en que esto no es una provocación, sino una mirada política al género y al sexo. "No tengo vinculación con mi vagina, no tengo sexo a través de mi vagina. Intenté dentro del feminismo identificarme con mi vagina, pero no lo conseguí. No la uso, no quiero ser madre y tomé esta decisión. Busqué cirujanos, pero no existía la operación de cerrar casi en tres cuartas partes el orificio; así que decidí crear esa operación. Encontré un cirujano que hacía algo similar, más para restaurarla que cerrarla, pero él accedió. No está cerrada totalmente, tengo un hoyo para menstruar". Frente al vídeo hay colgado un cuadro de llamativos colores emulando esa operación. Aparece una figura femenina que representa a la artista, y varias mujeres sosteniéndola.
La de Mynerva es la obra más impactante por el contenido explícito en una edición que sí tiene una carga política importante, aunque expresada de manera más sosegada. Tanto Santiago Sierra como Eugenio Merino, dos de los artistas que más polémicas han causado con sus Presos políticos y con Franco en la nevera, este se han decantado por una mirada que cuestiona el arte, el mercado y el capitalismo. Merino expone en ADN Galería varias obras. Una es una mano, hecha con el molde de un represaliado español en el franquismo. "Me parecía interesante incluir esta mano en un entorno como IFEMA, donde a mí me llevaron a los tribunales y el alcalde entonces, José María Álvarez del Manzano, apoyó a la Fundación Francisco Franco", explica.
Otra es la base y la placa de una escultura sin escultura en la que se lee Monumento a la explotación'. "Hay una geolocalización y cuando la pones te lleva a uno de los almacenes de Amazon que estuvieron en huelga". Y una tercera que son postales de estatuas de Colón, a las que el artista ha quitado a Colón. Una invitación, dice el artista, a reflexionar sobre el fenómeno del derribo de estatuas. "Tenemos postales de Valladolid, de Madrid, de Barcelona... y lo que he hecho es recortar la figura de Colón. La postal sirve para atraer al turismo, pero también para representar una ciudad. Yo planteo hacer una postal decolonial, donde pongo en cuestión todos los símbolos que ponemos en el espacio público. Colón forma parte del movimiento colonial, pero fue juzgado en España por ser un tirano", indica Merino.
Sierra, por su parte repite en la galería Helga de Alvear, después de que retirarán su obra, y lo hace con una serie de doce fotografías tomadas de una performance en el año 2005 en un antiguo palacio de Ceacescu. Las imágenes que muestran las filas del hambre a las colas de un museo de arte moderno. De ahí la crítica a un arte que no es para todos, insistían los galeristas que han cifrado la obra en 11.000 euros cada una.
Esa misma reflexión sobre le mundo del arte, sobre los precios desorbitados está en otra obra, Karin Sander, una artista alemana que quería mostrar la cotidianeidad del arte y realizar una crítica al mercado. Por ello, se le ha ocurrido coger fruta real y colgarla en la pared. De modo que la fruta va madurando y experimentando distintos estados.
Frente a ellas artistas consolidados, como los de la galería Leandro Navarro, que muestra piezas de Tàpies, Chagall y un Miró verde que es, hasta el momento, el cuadro más caro de ARCO, valorado en 2.000.000 de euros, Vol d'oiseaux entoruant le jaune d'un éclair'. "El Miró es una obra verdaderamente excelente, de un tamaño muy bonito y Miró está en el gran mercado del mundo. No solo en el occidental, también todo el mercado asiático está interesado en su obra. Y, por tanto, sus precios son muy altos". Además, expone cuadros de Tàpies, como el Matalás, que es un homenaje a tantos españoles republicanos que fueron al exilio, con una escultura que simula un colchón enrollado y que conecta con la crisis de refugiados.
La galería también decida un espacio a las pintoras realistas españoles con un cuadro muy especial que no está a la venta y que ha cedido Antonio López. Es un cuadro de María Moreno, Entrada en casa, que estuvo presente en la primera edición de ARCO, hace 41 años y que no está a la venta. "Hemos tenido que mandar invitaciones extra, por fin se ha reactivado el señor", reconoce Íñigo.
Dos paradas más sobre política, una de ellas la del artista finlandés Riiko Sakkinen que muestra un dibujo de Pedro Sánchez y a su alrededor nombres de mandatarios o dictadores de izquierdas, como Evo Morales, Hugo Chávez, Pol Pot o Fidel Castro. "Esta obra fue creada cuando Sánchez formaba Gobierno y la derecha amenazaba con que iba a llegar un régimen comunista. Todos pensaban que este Gobierno iba a cambiar algo, pero ya ves, es una decepción porque no ha sido para mí suficientemente de izquierdas"
Su autor ya triunfó en la feria hace dos años con su obra 'Nuestros reyes favoritos', equiparaba al monarca español al nivel de los reyes magos, de King África o los Latin Kings. Y años antes con ‘Franco no fue tan malo como dicen’ expone varios argumentos que defienden la generosidad del dictador. Entre las cosas mencionadas, los 280 pantanos que el generalísimo construyó. Junto a la estampa con la cara de Pedro Sánchez, que por cierto vale 16.000 euros, se encuentra otra obra que habla del patriotismo o sobre eso llamado españolidad. Se trata de varias bufandas de España con lemas como 'Gibraltar español', compradas en un quiosco y expuestas juntas, con un precio de 13.000 euros. Si Barthes supo definir qué era la francesidad, en España, como vemos, todavía falta un relato al respecto. Hay última pieza incluida en una serie de pequeños dibujos 'Todos somos Reyes en exilio' que incluye la imagen del Rey Emérito afirmando que "ahora es un fugitivo".
Otra parada obligada de esta edición es la galería José de la Mano, que el año pasado fue la estrella mediática gracias a su 'Guernica' de Ibarrola, donde encontramos otra obra reivindicativa, la de Ramón Bilbao. El artista realizó un enorme lienzo al óleo con las caras de los últimos fusilados por el dictador, el 27 de septiembre de 1975. Aparecen los retratos de los dos militantes de ETA, Txiqui y Otaegui, y otros tres miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP), Humberto Baena, Sánchez Bravo y García Sanz. Sobre sus rostros, una gran equis negra. La obra está valorada en 25.000 euros.
Si volvemos de nuevo a la galería ADN vemos la obra de María María Acha-Kutscher titula Indignadas. Se trata de fotografías intervenidas de manifestaciones de mujeres. Más mujeres, Pilar Albarracín presenta tres fotos en las que la artista aparece vestida de negro, con peineta y sosteniendo un libro de la historia de España, con llamas alrededor. De ahí el esclarecedor título: No apagues mi fuego, déjame arder ha titulado la obra. Más arte contra el machismo, el de Bene Bergado con una obra llamada Encuentro y ornamento, donde ha puesto sobre una mesa de ping-pong una serie de platos rotos.