La discriminación salarial existe, aunque no lo creas

Córdoba

Ayer, 22 de febrero, fue el día europeo por la igualdad salarial, y quizás la reflexión sobre esta lacra de nuestra sociedad ha quedado un poco desdibujada entre tantas noticias preocupantes que se suceden durante estos días. Las mujeres ganan, de media, un 20% menos que sus compañeros varones, y esto es así en todos los sectores y en todo el territorio nacional, con pequeñas variaciones. Lo curioso es que cuando preguntamos a la gente, en su mayoría van a negar que esto esté ocurriendo en sus empresas, e incluso ponen en duda que ocurra en nuestra sociedad. A las personas responsables de las empresas les parece ofensivo que se piense que están discriminando a las mujeres y, en lugar de analizar su sistema retributivo para comprobar si están haciendo algo mal, se niegan incluso a cuestionarlo. Todo se simplifica considerando que están pagando según convenio, o que ellos retribuyen por el trabajo, independientemente de si lo está haciendo un hombre o una mujer.

La cuestión es más complicada que esto. La discriminación está metida en nuestros esquemas sociales, y no somos capaces de verla desde dentro, porque nos parece lo normal. Nos parece normal, por ejemplo, que el de las limpiadoras sea el trabajo peor retribuido, porque no somos conscientes del esfuerzo que supone, porque no estamos acostumbrados a valorar el trabajo que siempre han hecho las mujeres. Para acabar con la desigualdad salarial tenemos que atrevernos a cuestionar nuestras prácticas, las de nuestra propia empresa, analizarlas de forma objetiva, y estar dispuestos a aceptar un resultado que probablemente nos descubrirá que no somos tan estupendos como pensábamos. Y será el primer paso para cambiar nosotros, y con nosotros el mundo.