Carrusel Deportivo
Fútbol

Abramovich podría tener problemas para vivir en Reino Unido por sus vínculos con Putin

El propietario del Chelsea estaría vetado por el gobierno británico, pero el Chelsea, en principio, no correría peligro

Roman Abramovich, propietario del Chelsea / Paul Gilham (Getty Images)

La guerra entre Rusia y Ucrania ya está empezando a mostrar sus consecuencias en el mundo del fútbol. Además de las más obvias, relacionadas directamente con el fútbol en ambos países, otras más indirectas podrían acabar afectando al mismísimo campeón de Europa. El Chelsea, equipo que aumentó enormemente sus prestaciones con la entrada de capital ruso en 2003, puede verse afectado por la relación entre Roman Abramovich con Vladimir Putin, ya que el Gobierno Británico ha sancionado al magnate sin poder entrar en el país.

Pese a ello, el Chelsea no correría peligro en principio. Según fuentes cercanas al club londinense, en el club hay tranquilidad respecto a lo que pueda pasar. Al parecer, el Gobierno no querría poner sanciones a los Blues debido a la cantidad de puestos de trabajo que genera, así como impacto positivo para la ciudad de Londres e Inglaterra. Por otra parte, el Chelsea ya se habría ido cubriendo las espaldas en los últimos años tras unos problemas que hubo con el visado de Abramovich en 2018, dejando más poder a Marina Granovskaia, su mano derecha, dentro del club.

Abramovich, que entraba en los últimos años con un pasaporte israelí al país, habría sido vetado también con este. La sanción al magnate no estaría relacionada con la nacionalidad de su pasaporte, sino con sus vínculos con Putin. No es para menos, ya que Alexei Navalny ya le incluía en la lista de 35 oligarcas que estaban detrás del presidente ruso. Por ello, pese a la red de seguridad que va a tener el club, es evidente que esta guerra afectará al club aunque Abramovich sea poco más que una figura simbólica en su propiedad. Su imagen ya está manchada con el conflicto, aunque en clubes comprados por magnates cuyo dinero tiene dudosa procedencia no ha pasado de un motivo de burla para las aficiones rivales.