Arancha González Laya: "Putin está intentando castrar a Ucrania. Ha cruzado todas las líneas rojas"
La exministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno es entrevistada por Aimar Bretos en el día en el que Rusia ha comenzado la invasión en Ucrania
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Madrid
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado esta madrugada una "operación militar" a gran escala en Ucrania con "armas de alta precisión". Se han producido bombardeos cerca de Kiev y en otras ciudades que dejan 57 ucranianos muertos y casi 200 heridos. La comunidad internacional ha condenado el ataque de forma unánime y tanto EEUU como la UE han anunciado sanciones duras contra el líder ruso.
En el día del inicio de esta guerra en el este de Europa la exministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno, Arancha González Laya, ha sido entrevistada por Aimar Bretos para analizar esta jornada que tristemente entra en la historia del viejo continente. Así ha sido la entrevista en Hora 25:
- Es difícil entrar en la mente de una persona y más en la mente de una persona tan irracional como está siendo Putin. Algunos lo atribuyen al declive ruso y a que esta sea la última estación antes de que el tren se marche, otros a la acentuada introspección tras la crisis del COVID... Sea cual sea la razón, lo importante es tener claro que esto no tienen ninguna justificación, ninguna base. No hay ninguna razón para invadir un país como Ucrania y para poner en riesgo millones de vidas. Existen mecanismos para solucionar diferencias.
- Hay varios ángulos: uno es castrar Ucrania como un estado. Va un poco más allá y pretende desestabilizar la UE, una UE que ha respondido de una forma diferente y más unida. También quiere cambiar el orden internacional y quiere volver a realidades antiguas, a las decisiones imperialistas que sumían en el caos a millones de personas. Nosotros tenemos claro que ese mundo ya no es.
- Hay un gran componente de individualismo y de personalidad. De una persona con una personalidad muy arrogante, muy despectiva hacia el resto del mundo, hacia la democracia, las libertades, el respeto de la ley... Lo dijo él en ese discurso en el que dijo cosas que nos han dejado con un nudo en el estómago porque pensamos que no estamos en ese siglo.
- El quiere que Rusia vuelva a ser la Rusia imperial que un día fue y no se da cuenta que hay que invertir en tecnología, en educación, en dar bienestar a los ciudadanos... Estoy pensando en China. Rusia es hoy un país que se está empobreciendo y que está envejeciendo. Está aferrándose a un modelo de poder, que es el del siglo XIX y tiene una ventaja y es que usa la guerra, algo que nosotros hemos desechado.
- La respuesta tiene que ser unidad, porque él ha jugado a buscar dividirnos. Tiene que haber una alianza con la UE, con la OTAN, con Canadá, con Turquía, con países de América Latina...
- Cuando uno tiene como arma la guerra no le va a impresionar que le pongan sanciones, pero vamos a ver. El presidente de EEUU ha anunciado medidas muy serias. Sabemos que imponer sanciones también va a tener un coste sobre nosotros. Va a tener un coste sobre Rusia, pero sabemos que esta vez va a tener más coste que la vez anterior. Estábamos preparándonos. Pero son sanciones búmeran porque vivimos en el mundo de la interdependencia. Pero este es el precio a pagar por el sistema de la democracia, del derecho... Por eso tenemos que estar preparados a pagar un precio muy alto.
- En los próximos meses nos vamos a empobrecer porque la onda expansiva va a alcanzar a todos. La onda expansiva económica va a llegar a todos los países. Las turbulencias económicas no van a quedarse en Europa y en EEUU. Van a llegar a todo el planeta y tenemos que tenerlo todos muy claro.
- Quizá nos vaya a costar a unos más que a otros ver que las ambiciones imperialistas de Putin van a llevarnos al descalabro económico.
- Europa ha sido muy realista en aplicar las lecciones que Europa ha aprendido con la Segunda Guerra Mundial. Había que hacer todo lo necesario para evitar esta situación. Estamos en una situación en la que una parte ha decidido agredir, pero nuestra obligación era buscar hasta el último momento que eso no pasara.
- Putin es un personaje metaideológico. Es un líder autoritario, que no parece que esté escuchando mucho, con una visión imperial... Imaginemos qué está pasando por la cabeza de miles de rusos que están viendo como parte de sus familias en el otro lado de la frontera están siendo arrasadas.
- Creo que es muy difícil medir el grado de adhesión al líder en un país en el que no hay libertad de opinión y que acalla a las voces discrepantes.
- Por eso es tan terrible lo que está ocurriendo. Por eso tenemos que tomar las medidas que tenemos que tomar. Cómo podemos aceptar en el siglo XXI que a un líder de un país se le asesine como si esto fuera una película de mafiosos? Es esto lo que estamos dispuestos a aceptar?
- Europa se ha mantenido unida y creo que se va a mantener unida, porque esto es lo que está en juego. Cómo sería esto en un mundo sin reglas en el que manda el más fuerte? LA única manera que tenemos es la unidad europea.
- Estamos tratando con una persona poco racional, por lo que no podemos excluir nada. Esperemos que escuche las llamadas de prácticamente todo el mundo. Ha habido llamadas directas a la desescalada y a la calma. Esto es lo que tenemos que seguir haciendo. No nos queda más remedio que seguir martilleando este mensaje y mostrarle el coste que va a tener para él y para sus amigos continuar por esta senda.
- Tengo un gran nudo en el estomago porque no logro aceptar, sobre todo en un continente que ha conocido la guerra, que volvamos a ese salvajismo en las relaciones internacionales. Pero hemos pasado una línea roja y esa es una línea muy gruesa.
- Una embajada se cierra en situaciones muy muy extremas. En Afganistán, en momentos muy difíciles, el responsable se quedó allí. Los diplomáticos tienen que ser los últimos en abandonar el barco.
- Uno sabe en política que el cargo empieza y termina y y lo acepté con normalidad. Me quedo con todo lo que he aprendido y el resto ya lo he olvidado. Creo que esa pregunta no me corresponde a mi responderla.
- Aún hay un juez que está investigando esto y quiero ser respetuosa con esa investigación. Llevo muchísimos años en este sector, el de las relaciones internacionales, y he trabajado de una forma muy estrecha siempre con Marruecos. Tengo el mayor de los respetos por Marruecos. Tampoco ha cambiado que nuestro país tiene una tradición humanitaria a la que no quiere renunciar. He querido siempre entender este episodio y no guardo ningún rencor ni tengo motivos para pensar que se hizo algo que no se tuvo que hacer.
- Como no se puede mirar atrás hay que mirar siempre hacia delante.
- Nunca perdimos la interlocución con Marruecos. Los canales de comunicación siguieron abiertos.
- Estas decisiones (la entrada de Ghali), que son políticas, tiene que quedar en ese orden. Me gusta ser respetuosa con la capacidad de los Estados de tomar decisiones políticas sin tener que desnudarse ante el mundo.
- Me tomé la política como un servicio a mi país. Había vivido 25 años fuera de mi país. En un momento el presidente me llama y yo vuelvo para contribuir con mi país, porque es en lo que creo. No tengo ninguna razón para echar la vista atrás y pensar que no tenía que haberlo hecho. Lo hice convencida, me marché satisfecha y conseguimos hacer muchas cosas en circunstancias muy difíciles.
- Hace poco apostábamos porque la cordura se impondría. Casi nadie pensaba ver una invasión. Una invasión en toda regla como estamos viendo. Una invasión con tropas sobre el terreno. No voy a hacer apuestas. Quiero creer y quiero esperar que vamos a pensar muy cercanamente a esos 40 millones de ucranianos que se sienten desamparados.