"Autoridad eclesiástica"

Sevilla

De diciembre de 1996 a febrero del año siguiente, la hermandad de la Sed fue de la ilusión a la decepción, de la esperanza al desconsuelo. Para centrar el tema principal de hoy, tenemos que hablarle de la referencia a todo lo sucedido que se recoge en el boletín número 84 de la Hermandad de la Sed, publicado un mes de septiembre de 1997, donde se comunicaba a los hermanos todo lo relativo a la construcción de una nueva casa hermandad. Con ello se ponía fin a la idea de la hechura de una capilla en el barrio en la que albergar los titulares. El texto del boletín, como un titular duro y escueto, decía: “Este proyecto que fue aprobado mayoritariamente por los hermanos el 4 de diciembre de 1996, fue desestimado por la autoridad eclesiástica”.

La hermandad había planteado la construcción de una capilla y una nueva cada hermandad. Todo ello lo explicaba el hermano mayor, Francisco Jiménez Bejarano. La autoridad eclesiástica, porque así también se leía en el boletín al que nos referimos al principio, instaba a desalojar las dependencias parroquiales –citamos textual- con lo que al “poquísimo espacio con el que contábamos, hubo que restarle la necesidad de tener que traer a nuestra casa todos los enseres que se guardaban en aquellas instalaciones”.

La hermandad se veía en la necesidad inminente de buscar un espacio, pero no solo era necesario encontrarlo, sino que se empezaba a hablar hasta de una posible capilla.

A finales de febrero, la autoridad eclesiástica informó que no aceptaba la decisión de la hermandad de construir una capilla y en esto, aparecieron pintadas por el barrio contra el párroco, Fernando Isorna.

A finales de enero, con la Cuaresma en las puertas, comenzaron las obras en la techumbre de la Parroquia de San Lorenzo. Fechas apretadas para meterse en andamios. A las hermandades que salen de esta parroquia, el Dulce Nombre y La Soledad, se les había metido el miedo en el cuerpo

Quién tenía de verdad que meterse en obras, y tan grandes como que habría que hacer nueva iglesia, era la parroquia de los Dolores en el Cerro del Águila, que ya llevaba un año cerrada al culto. Más parroquias con problemas en su estructura: ahora, la de San Gonzalo. El hermano mayor de la cofradía, Bienvenido Puelles, contaba en Cruz de Guía lo que le pasaba.