Cómo entender la disfagia para hacer la vida más fácil a quienes la padecen
El logopeda Jaime Paniagua explica en la Escuela de Salud de SER Cuenca los pormenores de esta patología y cómo afecta en el día a día de quienes la padecen
Cuenca
Disfagia y logopedia es el tema que hemos abordado en este nuevo programa de la Escuela de Salud de SER Cuenca, el espacio de radio que coordina Beatriz Hernández, directora de la asociación Parkinson Cuenca, y que emitimos los jueves cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca. Y lo hemos hecho charlando con Jaime Paniagua Monreal, logopeda en la Unidad de Disfagia del Hospital Universitario Quironsalud de Madrid, coordinador del grupo de Disfagia de la Asociación Española de Profesionales del Análisis Sensorial (AEPAS) y especialista en intervención multidisciplinar en daño cerebral sobrevenido.
Cómo entender la disfagia y hacer la vida más fácil a quienes la padecen
Qué es la disfagia
“La disfagia tiene dos definiciones, Una la puramente neurofisiológica y otra la que tiene el propio paciente”, explica Paniagua. “Fisiológicamente es la imposibilidad para poder transportar el alimento desde la boca al estómago. En palabras de aquel que la sufre es una condición en la que tiene dificultades para poder alimentarse bien con sólidos para nutrirse o con líquidos para hidratarse y que le hace vulnerable en cantidad y calidad de vida por tener que adaptar los alimentos o por poder comerlos”.
Cómo debe ser el alimento
“El alimento adecuado para un disfágico debe ser suave, de fácil deglución, no adhesivo, conexionado y homogéneo. Por ejemplo, una crema de cacahuete, aunque es un alimento visualmente parecido al puré, en realidad es demasiado pegajoso. En cambio, un yogur se acercaría más a la definición de alimento suave y no adhesivo. La idea es buscar cómo podemos trasformar alimentos de la vida diaria en bolos de fácil deglución sin caer en la desnutrición”, explica este logopeda.
Cómo beneficiar al adulto disfágico
“Nuestro sistema deglutorio envejece de manera normal. A partir de una determinada edad el ser humano tendrá unos cambios en su manera deglutoria debido a ese envejecimiento y no siempre tiene que provocarle disfagia. El problema surge cuando va unido a otras enfermedades degenerativas o ictus. Será entonces cuando se facilite un alimento de fácil procesado, que ofrezca una baja resistencia, que no sea demasiado duro y que permita conformar un bolo sin que la persona tenga que invertir demasiada energía en alargar el procesado oral del alimento hasta poner en riesgo su nutrición. Aunque no todas las personas mayores vayan a tener disfagia sí se van a beneficiar de un seguimiento de un especialista para evitar que esas comorbilidades le hagan entrar en un cuadro de riesgo que acrecienté todo”, recomienda Paniagua.
Cómo afecta en el día a día
“La persona con disfagia pierde la capacidad para tomar determinadas decisiones, desde que tiene que buscar determinados alimentos bien adaptados o que tengan unos atributos textuales específicos. Pensemos en cuántos momentos de la vida diaria en los que tomamos decisiones tienen que ver con el alimento de forma directa o indirecta. De forma directa nos vamos a encontrar cada vez que decidamos qué cocinar, qué comprar para elaborar un menú o a la hora de ir a un restaurante. De forma indirecta, una persona con disfagia tendrá problemas cuando tenga que preparar su ocio, es decir, tendrá que tener en cuenta qué alimentos llevar o a qué zona viajar por si tendrá o no determinadas comodidades”.
Comer con placer
La asociación Parkinson Cuenca trabaja en el último año en la campaña Comer con placer desarrollada con conocidos chefs de Cuenca que se han sumado a incluir en la carta de sus restaurantes menús adaptados a personas con disfagia para que puedan sentarse a comer tranquilamente. La campaña va más allá y se extiende a otros ámbitos para dar a conocer la disfagia entre la sociedad conquense.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy...