Hospital de los Santos Reyes de Aranda tiene un plan: la nueva normalidad que mejora la anterior

Aranda de Duero

Con ómicron en franca retirada y en la confianza de que tengan razón la mayoría de los inmunólogos que vaticinan que será la última antes de la “gripalización” del covid, el hospital de los Santos Reyes se prepara para recuperar la normalidad. Una nueva normalidad, que ya no es igual que la que se rompió abruptamente hace justo dos años, a comienzos del mes de marzo de 2020, cuando todo el hospital se puso al servicio de la lucha contra la pandemia. Veinticuatro meses después, con una incidencia epidemiológica aún alta en contagios, pero con muchísimos menos casos que agravan y por tanto requieren hospitalización, los responsables del Santos Reyes tienen listo el Plan de Desescalada para recuperar la normalidad en el hospital, lo que esperan que ocurra a mediados de marzo. Una normalidad que se parecerá mucho a la que abandonó en marzo de 2020 pero que se queda con unas cuantas cosas que en este tiempo de pandemia han demostrado que son recomendables incluso cuando no hay amenaza pandémica.

Es el caso de las tarjetas de visita o acompañamiento, que, en función del color, verde o azul, permiten el acompañamiento del paciente hospitalizado solo durante unas horas al día y solo por un visitante, a excepción de los más vulnerables o quienes están en el último tramo de su vida, para los que hay mayor flexibildiad. Con esta medida que llegó para quedarse mejora el funcionamiento cotidiano del hospital como explica su gerente, Evaristo Arzálluz.

También se mantendrá la posibilidad de converir parte de la UCSI (Unidad de Cirugía sin Ingresos) en UCRI (Unidad de Cuidados Respiratorios Intensivos) cuando la situación epidemiológica así lo requiera, puesto que la atención específica y a tiempo al paciente de una patología respiratorioa que agrava ha demostrado ser muy eficaz para frenar el avance de la enfermedad.

Otra de las medidas implantadas durante este tiempo y que se mantendrá dada la buena acogida entre los usuarios es la presencia de celadores en el control de acceso que orientarán a quienes acuda a las instalaciones sin tener una idea clara de las ubicaciones o funcionamiento. Asímismo seguirá funcionando el triaje, con toma de temperatura incluida, para mantener también el doble circuito, para pacientes con infección o sin ella, incluso con la realización de PCRs para determinar el tipo de patógeno que está generando la enfermedad infecciosa. Precauciones par minimizar el riesgo de que quien acude por una patología no acaba llevándose dos

Lo que volverá gradualmente a la normalidad anterior es el funcionamiento de las consultas, tanto en número de citas como en los tiempos establecidos para cada una. Durante la pandemia se dilataron y espaciaron para evitar que los pacientes coincidieran esperando en pasillos o salas. Esta medida es una de las que más pueden colaborar a reducir las listas de espera. Por lo que se refiere a los quirófanos de momento se mantiene la PCR protocolaria 48 horas antes de la intervención quirúrgica para minimizar riesgos de contaminación y contagios,

El cambio a la normalidad también se notará en algunos espacios: el gimnasio de rehbilitación en la planta baja del hospital recuperará su función y dejará de utilizarse para urgencias. En cambio tendrá este uso para la espera y observación de pacientes de urgencias durante las tgardes, noches y madrugadas, el hospital de Día Oncohematológico. Etnre las tres de la tarde y las ocho de la mañna este espacio permitirá desahogar el estrecho recinto de Urgencias y en él serán atendidos los pacientes con patologías más leves, que no tengan infección y que vayan acompañados

En definitiva, vuelve lo bueno a lo que hubo que renunciar por luchar contra la pandemia y se mantiene lo que esta lucha ha demostrado que es positivo en todo tiempo.

Y a la vista de que al futuro hospital le quedan al menos cinco o seis años, algunas obras suplen la falta de espacio: el hospital está pendiente de adapta los aseos públicos de la primera planta y de Urgencias, así como la conversión del antiguo archivo en papel en un recinto de descanso para los profesionales MIR y EIR