Una derrota cocinada a la espalda

Vigo

El Atlético de Madrid ganó como le gusta al Atlético de Madrid. Esperó pacientemente y envió al Celta a la lona en dos zarpazos que desnudaron al equipo de Coudet. Lo dijo perfectamente Aspas al acabar el partido: “parece que no aprendimos, nos hicieron dos goles iguales que los del año pasado”. Ese toque de atención del capitán a sus tropas para que esa “tierra de nadie” de la que habla Coudet no se convierta en un clásico de aquí a final de temporada. Empezó mejor el Celta que el Atlético de Madrid pero tampoco le importaba al equipo del Cholo. Le cedió el balón, tapó el juego por dentro y le flotó los centros laterales desde la banda de Hugo Mallo. El Celta dominaba pero no llegaba con fluidez.

Todo pudo cambiar si el árbitro de VAR, Estrada Fernández hubiese llamado a Hernández Hernández por una entrada salvaje y durísima de José María Jiménez a Iago Aspas. Fue a marcar territorio y casi lesiona al jugador de Moaña. El árbitro de campo lo soluciona con una amarilla para el uruguayo y otra a Iago Aspas por protestar. También pudo cambiar en el remate de Cervi que salvo Reinildo bajo palos. Pero el Celta no estuvo demasiado fino y si lo estuvo Lodi. Kondogbia recibe en tres cuartos liberado, nadie le presiona, levanta la cabeza y busca a Lodi a la espalda de Hugo Mallo que se quedó tres metros por detrás del resto de la línea defensiva. Lodi disparó y marcó ante un Dituro que concedió el primer palo.

En la segunda parte el Celta volvió a caer en la trampa del Atlético. Le cedió el fútbol por fuera y no supo aprovechar los centros nada afortunados de Mallo o Galán. Si bien es cierto que no tenemos un delantero centro que domine el juego aéreo.

Kondogbia y Lodi nos volvieron a hacer la misma jugada y otra vez gol. En este caso el que se quedó enganchado fue Galán habilitando al brasileño. Y a partir de ahí nada. Media hora para ver en las apuestas si Orbelín iba a jugar unos minutos o si iba a agotar todos los cambios Coudet. Ni una cosa ni la otra. El mexicano ya sabe que no es del agrado de su entrenador y lo de los cambios es un Expediente X. Incluso tuvo el feo detalle Coudet de tener a tres jugadores calentando en el minuto 95 con el partido en los minutos de la basura.

El plan de Simeone le salió y ni siquiera tuvo que forzar la máquina. Salieron desde el banquillo De Paul, Luis Súarez, Lemar, Carrasco y Griezmann pero más para oxigenar que para decidir. Ni siquiera les hizo falta. Con 2-0 apareció Dituro para evitar dos goles del Atlético. Y poco más. Mejor celebrar que pinchasen Alavés o Mallorca. El Celta está en tierra de nadie y tiene que volver a ver para abajo que para arriba. No para pasar apuros pero para no despistarse. Decía Coudet ayer en rueda de prensa que no está triste, que todo el mundo estuviese tranquilo. El que está triste es el equipo.