Naranjas, bromas durante el rodaje y conexiones con la Mafia
El padrino, la película de Francis Ford Coppola que se estrenó hace medio siglo, está llena de anécdotas y curiosidades
El simbolismo de las naranjas
En El padrino las naranjas se pueden asociar con la premonición de algún acontecimiento desgraciado para los Corleone o con algún enemigo de la familia. Por ejemplo, Don Corleone se detiene a comprar naranjas y es ametrallado. Tesio, el traidor, aparece jugando con una naranja. También Fredo, el hermano que traicionará a Michael, lleva naranjas cuando va a visitar a su padre. Los enemigos de los Corleone están sentados frente a una fuente de naranjas en la reunión de los jefes mafiosos. También hay naranjas en la mesa que comparten Tom Hagen y el productor de cine Woltz. Y así hasta una docena de casos más. Incluso en la escena de la muerte de Vito Corleone, el Don se pone un gajo de naranja en la boca para asustar a su nieto y poco después sufre el infarto fatal.
El nepotismo de Coppola
El padrino es el retrato de una estirpe italoamericana pero también un álbum de la propia familia de Coppola. Su hermana, Talia Shire, interpreta a Connie, la hija de los Corleone; Carmine, su padre, compuso parte de la música y además aparece haciendo de pianista en una escena y Sofia Coppola es la niña del bautizo. Y no son los únicos. Su mujer, Eleanor Coppola aparece también en la escena del bautizo, y sus hijos Gian-Carlo y Roman en la que Sonny le da una paliza a Carlo.
Las bromas en el rodaje.
En una filmación llena de tensiones y presiones exteriores como fue la de El padrino James Caan y Marlon Brando se convirtieron en los animadores del rodaje. Los dos competían haciendo “mooning”, una moda de la época consistente en bajarse los pantalones y enseñarle al otro el culo por sorpresa. Otra de las bromas más celebradas ocurrió durante el rodaje de la escena en la que el Padrino vuelve a casa tras sufrir su atentado. Brando colocó pesas ocultas bajo su cuerpo en la camilla y cuando los extras que debían subir las escaleras con ella a pulso la levantaron, apenas pudieron dar cuatro pasos antes de que se les cayera la carga.
George Lucas al rescate.
Coppola estaba tan agobiado durante el rodaje que pidió ayuda a su amigo George Lucas. El director de La guerra de las galaxias rodó la escena en la que se ven distintos titulares de periódicos que van narrando la guerra entre las cinco familias. Lucas utilizó fotografías de crímenes reales y en ellas, por ejemplo, se puede ver el cadáver de Frank Nitti, mano derecha de Al Capone.
Los recursos de Brando.
Durante el rodaje de La ley del silencio, Brando se hizo amigo del actor Al Lettieri que en El padrino interpreta a Sollozzo. Lettieri era italoamericano y tenía parientes en la Mafia. Así que Brando le pidió que le invitara a cenar con sus familiares y así poder aprender los gestos y la forma de hablar de los gánsteres. Otro de los grandes aciertos de la interpretación del actor fue la voz que le dio al personaje de Don Vito. Marlon Brando se inspiró en la voz susurrante del gánster Frank Costello al que había visto en televisión. En el doblaje español la voz del Padrino corrió a cargo de Francisco Sánchez, el doblador habitual de Cary Grant o Charles Boyer, que hizo también un gran trabajo.
Otro acierto en la caracterización del personaje en la primera escena de la película es el gato que acaricia en su regazo. Ese gato no estaba en el guion. Lo encontró Coppola en el parking de los estudios justo antes de rodar la escena y pidió a Brando que improvisara con él. Al igual que el gato que acaricia Blofeld el líder de Spectra en las películas de James Bond, el felino sirve para transmitir una sensación al espectador: estamos ante un hombre con un gran poder.
Los amigos de la Mafia
No solo Al Lettieri tenía contactos con la Mafia, otros actores de la película también. Por ejemplo Gianni Russo el actor que interpreta a Carlo, el marido de Connie Corleone. Russo utilizó sus conexiones con el crimen organizado para hacerse con el papel de Carlo y eso que ni siquiera fue convocado a los castings. Él mismo rodó su propia audición y se la envió a los productores. También tiró de amigos mafiosos Al Martino que interpreta al cantante Johnny Fontane. Coppola había elegido al también cantante Vic Damone para el papel pero Russell Bufalino, el mafioso al que daría vida Joe Pesci años después en la película El irlandés, consiguió que se lo dieran a su protegido, Al Martino. Por cierto, siempre se ha dicho que el personaje de Johnny Fontane estaba inspirado en Frank Sinatra y en los problemas que tuvo para conseguir un papel en la película De aquí a la eternidad, algo que Mario Puzzo siempre negó.
Hay un tercer actor de la película que también tenía conexiones con la Mafia. Lenny Montana, que da vida a Luca Brasi, era un exluchador profesional que también había sido guardaespaldas de un jefe mafioso. En la escena en la que agradece al Padrino el haber sido invitado a la boda de su hija estaba tan nervioso por actuar junto a Marlon Brando que los titubeos y equivocaciones que le vemos cometer son reales. A Coppola le gustó tanto ese nerviosismo del actor que decidió dejar la escena así.
La frase más famosa de El padrino
Hay varias frases míticas en la película pero sin duda la más recordada es: “Le haré una oferta que no podrá rechazar”. Esta frase se escucha, con ligeras variaciones, en las tres películas de la trilogía. En El Padrino primera parte la dicen tres veces. Esta frase ha sido homenajeada en infinidad de películas y series, desde Las chicas de oro a Los Soprano.
Escenas míticas.
Todo el mundo tiene su escena favorita de El Padrino. Una de las más recordadas es la de la cabeza cortada del caballo que le meten en la cama al productor Woltz. En los ensayos se utilizaba una cabeza falsa, pero cuando las cámaras empezaron a rodar Coppola la remplazó por una real que había comprado en una fábrica de comida para perros. Al parecer el actor John Marley no lo sabía y los gritos que lanza al descubrirlo son reales.
Pero la escena más cruenta es sin duda la muerte de Sonny Corleone. Se inspiraba en el final de Bonnie y Clyde. James Caan llevaba 120 detonadores llenos de sangre en su cuerpo para simular el impacto de las balas. Coppola rodó la secuencia en una sola toma, desde varias cámaras situadas en diferentes ángulos.
Elio Castro
Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo...