Peio Sánchez, párroco de Santa Anna en Barcelona: "Somos los bomberos de lo social"

Barcelona

Peio Sánchez es de Donosti, y se nota en la chapela que no se quita ni cuando se pone los auriculares para hacer la entrevista. Poncho y chapela porque dice que se pasa el día en el claustro de la iglesia donde está instalado el comedor de esta iglesia reconvertida en casa, en hogar de quienes no lo tienen. Quien se acerca a este edificio gótico-románico maravilloso en pleno centro turístico de Barcelona, sabe que si lo necesita se puede duchar, comer caliente, tener atención médica y, sobre todo, alguien que le hable y se interese por él. Atiende a personas sin techo, muchos de ellos también sin papeles porque están en esa espiral surrealista de la ley de extranjería que exige un contrato para iniciar los trámites y nadie te contrata si no tienes los papeles regularizados. Por aquí están Davo, Hussein y Hassan que nos sirven un maravilloso té a la menta y unos bollos. Se come en el claustro gótico gracias a las estufas instaladas, la atención médica es en la sala capitular y así las dependencias religiosas se transforman en consultas, despachos, salas de cine o de teatro. Davo, llegó hace 5 años y tras el periplo habitual y dramático en patera y centros de internamiento, acabó en Barcelona. "En Santa Anna me hicieron los papeles, yo me salvé gracias a Santa Anna" nos cuenta. Aquí le tramitaron los papeles y le hicieron un contrato: "Soy celador, y también encargado de seguridad" relata orgulloso. Acaba de traer de Senegal a su mujer y sus dos hijos que también viven en la Parroquia. Peio dice que pese a que en la administración e incluso entre los políticos encuentra a personas que quieren ayudar y hacer las cosas bien, va todo muy lento. El Estado siempre llega tarde a todo lo que debería hacer porque es lento: "Nosotros somos como los bomberos de lo social", se refiere a que con su atención apagan, puntualmente, algunos fuegos que siempre van a peor. Mossèn Peio, como le llaman, cree en la bondad humana porque aunque "la maldad se extiende con facilidad" como vemos ahora con la guerra en Ucrania, "también lo hace la bondad". Y si algo nos queda claro charlando con él esta mañana es que claramente, en su caso, se deja la piel por ella.