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El marinero ucraniano que intentó hundir el megayate de su jefe ruso queda en libertad

El arrestado ha quedado en libertad tras declarar ante el juez de guardia que quería vengarse de su jefe porque "gana dinero vendiendo armas que ahora matan a los ucranianos"

16/01/2019 Imagen de recurso de la Guardia Civil SOCIEDAD ESPAÑA EUROPA ISLAS BALEARES AUTONOMÍAS GUARDIA CIVIL / GUARDIA CIVIL

Un marinero ucraniano de 55 años ha sido detenido este sábado pasado por la Guardia Civil de Calvià por intentar hundir el megayate de su jefe ruso atracado en el puerto deportivo de Port Adriano. Intentó abrir una vía de agua para hundir el Lady Anastasia, un megayate de 48 metros de eslora valorado en siete millones de euros. El detenido ha confesado ante el juez que ha tratado de hundir la embarcación para vengarse de su jefe de nacionalidad rusa y propietario de un entramado de empresas dedicado a la venta de armas y material militar al Gobierno ruso.

Una vez que se dio aviso a la Guardia Civil por una fuerte discusión en uno de los diques de Port Adriano, los agentes se personaron en el lugar y uno de los hombres manifestó espontáneamente ser el autor de los hechos. Declaró que trabaja como oficial jefe mecánico en el Lady Anastasia y que el dueño “es un fabricante de armamento ruso” y, como durante la noche anterior el ejército ruso había bombardeado su propiedad, él había decidido inundar el barco como forma de protesta. Un extremo que también ratificó otro de los mecánicos del barco, también de nacionalidad ucraniana.

"Es un criminal que gana dinero vendiendo armas que ahora matan a los ucranianos"

En su declaración ante el juez, el detenido afirmó que lleva diez años trabajando en el Lady Anastasia y que el propietario de facto de la embarcación es el ciudadano ruso Alexander Mijeev, jefe de una corporación de helicópteros rusos que producen principalmente equipamiento militar y que en 2016 fue ascendido “a una corporación que vende armas a nivel mundial formando un holding llamado Rostec”.

El detenido, asistido por la abogada Neus Canyelles, aseguró ante el juez que el dueño del barco “se encarga de la producción de armas que ahora están atacando Ucrania”. Por eso, unas dos horas después, volvió al dique y tomó la decisión de vengarse del dueño causando daños materiales. Confesó ante el juez que abrió una válvula grande en la sala de máquinas y otra de un compartimento en el que vive la tripulación, cerrando las del combustible y apagando la electricidad.

El hombre insistió en su declaración en que el dueño del barco “es un criminal que gana dinero vendiendo armas que ahora matan a los ucranianos”. El hombre ha quedado en libertad acusado de un delito de daños.