La guerra es mala para el turismo
La sola idea de que las imágenes de destrucción que hemos visto en Europa alientan el turismo en otra zona del mismo continente parece como mínimo desenfocada
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"La línea roja" de Matías Vallés (28/02/22)
A raíz de un atentado islámico en Turquía, una dirigente hotelera escribió un tuit desafortunado anunciando que la bomba suponía más turistas para Balears.
La tentación cortoplacista de felicitarse de las desgracias ajenas, porque desviarán a los turistas hacia Balears, quedó cancelada para siempre con la pandemia.
El coronavirus ha sido letal para la actividad turística, que ni mucho menos tiene garantizada la recuperación de su rentabilidad previa.
Las amenazas globales no distinguen de fronteras, pero esta evidencia no ha evitado que torpes representantes de la sociedad balear se felicitaran de la invasión de Ucrania.
La sola idea de que las imágenes de destrucción que hemos visto en Europa alientan el turismo en otra zona del mismo continente parece como mínimo desenfocada.
Si se necesitan más argumentos, podemos pronunciar la palabra combustible, que disparará sus precios y es indispensable para que los turistas lleguen a Balears
La guerra en el extranjero es mala para el turismo, que no por nada se llama la industria de los extranjeros.
La invasión de Ucrania es una pésima noticia para empezar la temporada de la recuperación.
