El precio de la guerra
Mientras Moscú intensifica su presión sobre Kiev, muchas compañías multinacionales optan por abandonar el país, estrechando el cerco sobre la economía rusa, mientras que tanto el gas como el petróleo se disparan hasta máximos no vistos desde hace más de siete años, lo que podría terminar impactando en las economías del resto del mundo. Analizamos la situación con Raymond Torres, de Funcas.
El precio de la guerra
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Madrid
A las sanciones establecidas a lo largo de los últimos días por la Unión Europea y Estados Unidos, así como por diversos países occidentales, se suman ahora un creciente número de compañías multinacionales que cada vez excluyen más a Rusia no solo del sistema financiero internacional, también del económico. Así, siguiendo la estela marcada por la petrolera británica BP, que ha anunciado que venderá el 20% de su participación en su homóloga rusa Rosneft, la americana Shell ha anunciado también su ruptura con Gazprom; y la británica British Petróleum vende el 20% de su participación en la petrolera rusa Rosneft, mientras que las dos mayores navieras en el transporte de contenedores, Maersk y MSC, han suspendido también las operaciones con Rusia. Desde el mundo financiero, Mastercard se ha sumado esta madrugada al bloqueo a algunos pagos en Rusia y no permitirá el uso de sus plataformas para realizar pagos, una medida a la que también VISA, según ha anunciado, se sumará.
Además, este miércoles se publicará oficialmente la lista de bancos rusos que serán desconectados del sistema bancario SWIFT, aunque ya han sido adelantados por el diario británico 'Financial Times'. Aparece, entre otros, el segundo banco más importante de Rusia, VTB Bank; y otros como el Vnesheconombank, Rossya Bank, Sovcombank, Bank Otkritie, Noviombank. Una medida que supone su aislamiento prácticamente total con el resto del sistema financiero internacional: no podrán hacer transferencias, recibir ingresos o intercambiar información con otras entidades y clientes. "El de las sanciones económicas un arma muy potente porque incide directamente en la calidad de vida de la población rusa. No solo por la desconexión del sistema SWIFT, que de alguna manera desconecta el conjunto del sistema financiero ruso con el resto de países; si no, lo que es más grave, porque el Banco Central de Rusia ha visto sus activos bloqueados. Por tanto, no puede movilizar todos los dólares y euros que teóricamente están en los depósitos bancarios de los rusos". "Se enfrentan a un corralito financiero, a dificultades de acceso a depósitos bancarios por parte de los rusos. Aunque esto no se haya decretado de facto, ya es así y es muy grave." explica Raymond Torres, Director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas.
Tal es el cerco que se está produciendo en términos económicos al país que los oligarcas están comenzando a llevar a puerto seguro muchos de sus yates. Yates que hasta ahora permanecían atracados en el puerto de Barcelona pero que, según los datos de tráfico marino, han empezado a desplazarse a diversos puertos en Maldivas y Sri Lanka, donde no puedan ser embargados por las autoridades americanas o europeas.
Tensiones, todas ellas, que como ha ocurrido en los últimos días, se han vuelto a trasladar a los mercados energéticos, mientras que el petróleo de referencia en Europa, el Brent, ha saltado por encima de los 107 dólares el barril, el de Texas, el de referencia en Estados Unidos ha superado también los 106 dólares, lo que supone que ambos han alcanzado su nivel más alto desde 2014. Ello, pese a que este martes la Agencia Internacional de Energía ha aprobado liberar 60 millones de barriles de petróleo de sus reservas de emergencia -el equivalente a las exportaciones rusas durante 12 días- para garantizar que no habrá escasez de suministros a pesar de los enfrentamientos. Movimientos incluso más agresivos se han dado en el mercado de futuros del gas de referencia en el continente, donde el megavatio hora ha llegado a superar los 125 euros, tras dispararse casi un 30%, mientras que las principales plazas europeas han saldado la sesión con caídas superiores al 3%. “Esta medida sí sirve, por lo menos a corto plazo. Sirve para relajar la presión en los mercados. Es verdad que los inversores anticipan precios más elevados porque anticipan lo peor: una interrupción total del suministro ruso; pero, en cualquier caso, el hecho de que libere una parte de las reservas va a ser algo útil” apunta Torres.