Sociedad

"Estamos desenterrando un cadáver y está vivo", la durísima historia de María, Saúl y Vicente en el volcán de La Palma

Vicente Leal es el padre de Saúl y el suegro de María, propietarios de la vivienda más cercana al cono del volcán de La Palma. La vivienda quedó totalmente enterrada bajo toneladas de ceniza que levantan casi veinte metros de altura. Ahora la desentierran poco a poco, casi sin ayuda.

Vicente Leal está desenterrando su casa con las manos

La Palma

El cariño que despiertan los trabajadores de la productora 'I Love The Word' entre los afectados del volcán La Palma es incomparable a ningún otro. Desde el primer día, sus profesionales pusieron a disposición de los palmeros afectados los drones de su empresa, acudiendo a las coordenadas de cada vivienda para informar sobre su estado a los propietarios. Gracias a su trabajo, los afectados de La Palma tuvieron algo de tranquilidad al conocer el estado real de sus viviendas a través del vuelo de sus drones. Es el caso de María y Saúl, propietarios de la vivienda más cercana al cono del volcán, que pudieron seguir el avance de los destrozos gracias a ellos. "Aquí estoy, trabajando, rodeado de una brisa fuerte y de ceniza. Estoy tratando de podar unos pinos con una sierrita pequeña, a mano, no tengo otra cosa", lamenta Vicente, el padre de Saúl y suegro de María, tres luchadores que están desenterrando su casa mano a mano. "Mi casa quedó totalmente sepultada, estamos desenterrando un cadáver, pero está viva. Pensabamos que estaba muerta, pero está viva", explica Vicente emocionado.

"Esto es una casa hecha a base de muchos años y mucho esfuerzo, en plan artesanal. Sin darme cuenta he construido aquí una fortaleza", explica Vicente orgulloso. "En esta lucha estamos. Una parte está ya desenterrada, pero aquí todavía queda mucho trabajo, esto es un trabajo titánico", lamenta Vicente. Hoy mismo está prácticamente solo desenterrando una vida, con la compañía de dos palas pequeñas. Además, para poder retirar toda esa ceniza necesitan la habilitación de una pequeña pista de acceso para que los camiones evacúen todo el material. La vivienda de María y Saúl, hecha de piedras, resistió los terremotos, las lavas y las toneladas de ceniza, pero otros no corrieron con la misma suerte. La mayoría de las casas de la zona tienen daños estructurales que las hacen inhabitables y no son pocos los propietarios de bodegas y casas de campo que dan por perdidas para siempre sus propiedades. "No vale la pena", explica Alfredo, el propietario de una de las bodegas que ha quedado enterrada para siempre. Es incapaz de hallar la ubicación exacta, en un cementerio interminable de hogares, bajo toneladas de ceniza.

La vivienda de María y Saúl fue enterrada por la ceniza. Gracias al llamamiento de 'I Love The World' en sus redes sociales, decenas de personas se presentaron allí para ayudarles a desenterrarla. / I Love The World

"María y Saúl no pierden la esperanza de que algún día alguien se ponga en contacto con ellos para ayudarles a recuperar su hogar", el llamamiento de 'I Love The World' que suscitó la llegada de decenas de personas a desenterrar sus vidas

Durante meses de la vivienda de María y Saúl solo quedó la chimenea blanca asomando como testigo atónito del escenario apocalíptico que dibujó el volcán. Antes era una casa preciosa, rodeada de valles verdes acariciados por la brisa y acompañados por el canto de los pájaros. Fundida a negro, la vivienda de estos jóvenes, consturida con las manos por Vicente Leal durante décadas, asoma de nuevo al horizonte. Desenterrar una vida es una labor titánica, por eso 'I Love The World' hizo un llamamiento en sus redes sociales para que acudieran refuerzos a la labor. Al día siguiente acudienron decenas de personas, pero pronto volvieron a quedarse solos. "Yo entiendo que esta semana estamos en carnavales, y que la gente tiene que descansar, pero yo no puedo", explica Vicente Leal, que se levanta cada día a las seis de la mañana y no descansa hasta el anochecer.

Muchas pequeñas bodegas y viviendas son imposibles de encontrar y quedarán para siempre enterradas en un cementerio interminable / I Love The Word

Ha pasado casi medio año desde que erupcionó el volcán de La Palma, en marzo se cumplirán seis meses, y a fecha de hoy, las autoridades han hecho entrega de 81 viviendas de las 104 que están previstas para entregar por parte de la empresa pública de la vivienda (VISOCAN). Los datos del registro único hablan de 2.505 personas que solicitan ayuda por pérdida de primera vivienda. Vivienda, que es quien pasa el filtro, determinará si realmente estas personas perdieron o no su primera vivienda. El registro único ha recibido 5.450 solicitudes, de las cuales 4.417 (89,5%) ya tienen firmado su expediente. Catastro reporta 1.676 construcciones afectadas por las coladas. ISTAC apunta que 2.297 personas están empadronadas en viviendas destruidas por coladas. En todo caso siguen siendo miles las personas que todavía no pueden volver a la normalidad en la isla bonita.

Javi Rodríguez

(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena...