Guerra y deporte
La firma de Pedro Marchante

Pedro Marchante / radio jerez

Uno va peinando ya algunas canas y, por desgracia, la manida frase de “NO A LA GUERRA” la ha utilizado ya contra demasiados conflictos bélicos en la vieja Europa y fuera de sus fronteras. Desde la primera de todas que alcanza mi memoria a recordar que fue la guerra de las Malvinas hasta la actualidad, numerosas han sido las ocasiones en las que los seres humanos hemos resuelto nuestras diferencias haciendo uso de la fuerza y el deporte se ha visto involucrado.
Aunque la mía es una columna deportiva y no de actualidad, la guerra, el peor de los inventos de los seres humanos, se cuela en nuestra realidad y en nuestro día a día de una manera casi cíclica. Históricamente, el mundo del deporte se ha visto seriamente afectado cuando se han producido guerras, hayan sido estas de mayor o menor repercusión o duración.

EL TIEMBLO (ÁVILA), 01/03/2022.- Tres niñas ucranianas muestran sus manos con el mensaje 'Stop War' (lit. 'Paren la guerra'),EFE/ Raúl Sanchidrián / RAÚL SANCHIDRIÁN (EFE)

EL TIEMBLO (ÁVILA), 01/03/2022.- Tres niñas ucranianas muestran sus manos con el mensaje 'Stop War' (lit. 'Paren la guerra'),EFE/ Raúl Sanchidrián / RAÚL SANCHIDRIÁN (EFE)
Las distintas asociaciones deportivas como UEFA, FIFA, ITF, FIA o FIBA, junto a otras federaciones de deportes como el judo o el hockey han comenzado a sancionar de una manera u otra a las distintas selecciones, equipos y jugadores. Es otra manera de ejercer presión, tratando de que la opinión pública rusa presione a sus dirigentes al verse seriamente dañados sus intereses deportivos.
Extraño es el caso del baloncesto. Si bien la FIBA ha descalificado a equipos y selecciones rusas y bielorrusas de sus competiciones, la Euroliga, competición ajena a la FIBA, no se ha pronunciado al respecto aún sobre qué va a pasar con el CSKA de Moscú, Zenit de San Petersburgo, Unics Kazan y Lokomotiv Kuban Krasnodar aunque, de momento, lo que es seguro es que no van a poder competir en su propio territorio.
En deportes individuales como el tenis, por ejemplo, se sanciona a las naciones invasoras, Rusia y Bielorrusia, pero no a los deportistas, quienes, de momento, podrán seguir compitiendo aunque no bajo la bandera de su país.
El mundial de Vóley que se iba a disputar en Rusia ha sido cancelado a la espera de designar nueva sede, y el GP de Sochi de F1 ha sido igualmente suspendido. Son, quizás, las medidas más drásticas tomadas contra rusos y bielorrusos.
Aunque me parece genial que se tomen medidas de este tipo contra el gobierno ruso y contra sus intereses económicos, no me parece del todo justo para los miles de deportistas rusos que se verán afectados por dichas medidas. Obviamente, entre todos esos deportistas, los habrá pro y anti-Putin y los habrá que estén a favor y en contra de la invasión. No obstante, habría que buscar alguna vía intermedia para que las carreras de esos deportistas, muy cortas en algunos casos, no se vean afectadas por la locura de sus dirigentes. De cualquier manera, creo que es plausible que el mundo del deporte cierre filas en torno a Ucrania y los ucranianos, auténticas víctimas de todo este conflicto.




