La medicina de género, un reto más para el feminismo
Conocer las particularidades de las mujeres con respecto a su salud y luchar contra las prácticas paternalistas y opresivas dentro de la Sanidad son algunos de los desafíos de los sistemas sanitarios
SER Saludable - Capítulo 151: La medicina de género, un reto más para el feminismo
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València
“Quizá he llegado donde he llegado por no ser madre”, afirma la ginecóloga y obstetra Merimer Pérez. “Tienes que demostrar en un quirófano que puedes ganarte el respeto y dejarte la piel”, añade.
Las mujeres no han estado tan presentes como los hombres en los grupos de investigación, pero además tampoco han sido investigadas, y eso ha dado lugar a sesgos.
El cáncer de mama, las enfermedades mentales sin tratamiento, la osteoporosis y patologías derivadas de la menopausia... no son más que la punta del iceberg. Junto a la anorexia o la bulimia esconden un tiránico culto al cuerpo y reclaman por una medicina adaptada a la mujer.
Conocer las particularidades de las mujeres con respecto a su salud y luchar contra las prácticas paternalistas y opresivas dentro de los sistemas de salud son las labores de la Medicina de Género, una disciplina que estudia el efecto del sexo/género en la salud general.
Desde la Sociedad Internacional de Medicina de Género, si bien se enfatizan las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, el impacto de la sociedad en las mujeres está insuficientemente representado, según investigaciones entre las que destaca Feminism, gender medicine and beyond: a feminist analysis of "gender medicine. Esta revisión admite vez se reconoce el efecto de la violencia de género, la raza, los conflictos étnicos, la pobreza, la inmigración y la discriminación en la salud de las mujeres. Rara vez se reconoce el efecto de la violencia de género, la raza, los conflictos étnicos, la pobreza, la inmigración y la discriminación en la salud de las mujeres. “La base de todo cambio está en la educación. Debemos empezar por ahí a construir una realidad diferente en la que nos veamos atendidas y representadas”, afirma Xusa Sanz, enfermera y autora de La revolución de la menstruación.
Fármacos
Cuando te tomas un ibuprofeno, la medicación de la tensión o cualquier otro medicamento, te la tomas con una dosis y a unos tiempos que se han calculado en los estudios clínicos. “Estudios que, desgraciadamente, en muchos casos no han tenido en cuenta la variable sexo o incluso raza. Es decir, que las dosis están en su mayoría calculadas para hombres blancos de 80 kg. Este hecho es el responsable de que, según la FDA (agencia reguladora de medicamentos de EEUU), las mujeres sean más vulnerables a sufrir efectos secundarios”, explica Lucía Hipólito, neurocientifica, investigadora y doctora en Farmacia de la Universitat de València. “Incluso algún medicamento dio lugar a efectos secundarios tan prominentes en las mujeres que, tras años, se decidió cambiar la pauta para las mujeres. Por eso se necesita también una farmacia con perspectiva de sexo/género”, añade.
Dificultades en el laboratorio y en el quirófano
Según el Ministerio de Ciencia, la proporción de mujeres en el conjunto del personal investigador en España (en equivalencia a jornada completa) se mantenía en el 39%, como en el 2016. “Las mujeres nos formamos, y cuando hay que acceder a los puestos de responsabilidad, entonces aparecen las dificultades porque normalmente somos las que cuidamos”, señala, Hipólito. “Muchas veces las oportunidades llegan por cercanía y los jefes de laboratorio son hombres”.
El “Síndrome de la impostora”
‘El síndrome de la impostora. Por qué las mujeres siguen sin creer en ellas mismas’, de Elisabeth Cadoche y Anne de Montarlot, habla sobre las causas de por qué las mujeres seguimos sin creer en nosotras mismas. “Cuando logras algo todavía parece que te cuesta reconocerlo”, señala Xusa Sanz. “El éxito lo decimos con la boca pequeña”, admite la ginecologa Merimer Pérez.
Encontrar el bienestar en tierra hostil es el reto al que se enfrentan muchas mujeres a la hora de desarrollar su profesión y encontrar reconocimiento. “Todo pasa por estar más cómodas por cómo somos, con lo que hacemos y valemos”, matiza Lucia Hipolito.